CIENCIA Y CONOCIMIENTOS... Aprendamos sobre los misterios del universo... los invito a leerme...: marzo 2020
CIENCIA Y CONOCIMIENTOS... Aprendamos sobre los misterios del universo... los invito a leerme...
martes, 31 de marzo de 2020
ASTRÓNOMOS DESCUBREN UNA NUEVA CLASE DE ESTRELLA "SUBENANAS" PULSANTES.
Los científicos creen que la acumulación de hierro en esta categoría de estrellas puede estar detrás de su brillo inestable.
Un grupo de astrónomos estadounidense presume haber descubierto una nueva clase de estrellas pulsantes. Muchas de sus propiedades coinciden con las de las 'subenanas' tipo B, descubiertas hace apenas dos años, pero la naturaleza pulsante de estos cuerpos celestes las hace diferentes.
El equipo, encabezado por Thomas Kupfer, del Instituto de Física Teórica de la Universidad de California en Santa Bárbara, identificó en la Vía Láctea cuatro candidatos a esta nueva categoría. Todos estos objetos son de color azul, pulsan con amplitudes mayores al 5 % y tienen períodos de pulsación comprendidos entre 200 y 475 segundos.
El hallazgo fue una sorpresa para el propio equipo, afirma el sitio web universitario este 1 de agosto. Inicialmente, Kupfer y sus colegas estaban buscando estrellas binarias por medio de un telescopio y una cámara instalados en el observatorio Palomar (también en California).
Un pulso muy rápido
La luz proveniente de los sistemas binarios también llega a la Tierra de forma pulsada, pero esto se debe a algún eclipse periódico. Sin embargo, los eclipses no pueden explicar los rápidos cambios en el brillo de los cuatro astros recién descubiertos. Los investigadores estiman que estos se deban posiblemente a significativas variaciones en la velocidad radial que caracteriza a los movimientos de un cuerpo celeste que orbita a otro.
"Muchas estrellas pulsan, incluso nuestro Sol lo hace en una escala muy pequeña", comenta Kupfer, en referencia al ciclo solar de 11 años con un variación del brillo del 0,1 %. "Aquellas con mayores cambios de brillo son generalmente pulsantes radiales, que 'respiran' a medida que la estrella cambia de tamaño".
"Estas estrellas ciertamente han completado la fusión de todo el hidrógeno de su núcleo en helio", señala Lars Bildsten, otro miembro del equipo investigador, para explicar "por qué son tan pequeñas y pueden oscilar tan rápido".
Autores del estudio, Evan Bauer (I), Thomas Kupfer (C) y Lars Bildsten (D) / Universidad de California en Santa Barbara.
Diferencia en la fusión de helio
Una 'subenana' es una estrella que tiene un diámetro aproximadamente diez veces menor que el Sol y una masa de entre el 20 y el 50 % de la masa solar. No obstante, son increíblemente calientes, hasta los 50.000º Celsius, mientras que las temperaturas en la superficie del Sol rondan unos 5.500º C.
El artículo, publicado en The Astrophysical Journal Letters en pasado junio, apunta a la acumulación de hierro en este nuevo grupo de estrellas como la probable causa de su pulsación. Asimismo, señala que detrás de su radiación inestable puede estar un mecanismo relacionado con la presencia metálica en algunas capas de estos astros.
En general, se estima que las estrellas 'subenanas' tipo B fusionan helio en su núcleo o en el cascarón que lo rodea. Sin embargo, los investigadores creen que las 'subenanas' pulsantes perdieron su material externo antes de que ese helio estuviera lo suficientemente caliente y denso para la fusión.
FOTO: ENCUENTRAN EL ALIMENTO "PERFECTO" QUE PERMITIÓ A LOS PRIMEROS AGUJEROS NEGROS SUPERMASIVOS CRECER TANTO.
Los investigadores pudieron observar reservorios de gas frío alrededor de algunas de las primeras galaxias del universo, tal como se mostraban hace 12.500 millones de años.
Un equipo de astrónomos publicó este jueves un nuevo estudio que ayudó a resolver el misterio sobre el rápido crecimiento de los agujeros negros supermasivos durante la formación de las primeras galaxias del universo, hace 12.500 millones de años, hallando lo que sería su principal fuente de alimentación.
Con la ayuda del 'Very Large Telescope' (VLT, por sus siglas en inglés) del Observatorio Europeo Austral (ESO), un equipo internacional de científicos liderados por el astrónomo Emanuele Paolo Farina, del Instituto Max Planck de Astronomía de Heidelberg (Alemania), pudo observar reservorios de gas frío alrededor de algunas de las primeras galaxias del universo, y concluir que esos halos de gas son el alimento "perfecto" para los agujeros negros supermasivos que se escondían en su interior.
"Ahora podemos demostrar, por primera vez, que las galaxias primordiales tienen suficiente comida en sus entornos para sostener tanto el crecimiento de agujeros negros supermasivos como la formación de estrellas vigorosas", dijo Farina en un comunicado . "Esto agrega una pieza fundamental al rompecabezas que los astrónomos están construyendo para imaginar cómo se formaron las estructuras cósmicas hace más de 12.000 millones de años".
Asimismo, añadió que este hallazgo podría explicar cómo estos monstruos cósmicos crecieron tan rápido durante las primeras etapas de la formación del universo, conocidas como el Amanecer Cósmico.
"La presencia de estos primeros monstruos, con masas de varios miles de millones de veces superiores a la de nuestro Sol, es un gran misterio", explicó Farina, ya que en los estudios anteriores no se habían detectado "alimentos para agujeros negros" en cantidades lo suficientemente grandes como para explicar su rápido crecimiento.
Detalles del estudio
Esta vez, Farina y sus colegas utilizaron el instrumento llamado Explorador Espectroscópico de Unidades Múltiples (MUSE, por sus siglas en inglés), instalado en el VLT, para estudiar cuásares, objetos extremadamente brillantes y alimentados por agujeros negros supermasivos que se encuentran en el centro de galaxias masivas.
Los investigadores estudiaron 31 cuásares, y los vieron tal y como eran en un momento en que el universo solo tenía unos 870 millones de años de edad.
De esa manera descubrieron que 12 de los cuásares estudiados estaban rodeados por enormes halos de frío y denso gas de hidrógeno, que se extienden a 100.000 años luz desde los agujeros negros centrales y estaban estrechamente unidos a las galaxias, lo que les permitía ser "la fuente de alimento perfecto" para mantener tanto el crecimiento de esos agujeros como la intensa formación estelar.
LA NASA CAPTA "LA COLISIÓN MÁS VIOLENTA" JAMÁS VISTA ENTRE GRUPOS DE GALAXIAS.
Los científicos prevén que el sistema seguirá acumulando más galaxias hasta convertirse en un gran cúmulo compuesto por cientos o miles de ellas.
Un equipo de astrónomos detectó lo que puede ser "la colisión más violenta que se haya visto jamás entre dos grupos de galaxias", informó la NASA. Los grupos del sistema NGC 6338, ubicado a unos 380 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Draco, chocaron entre sí a una velocidad de más de 6,4 millones de kilómetros por hora.
La agencia espacial publicó una imagen compuesta que contiene datos de rayos X del observatorio Chandra de la NASA (mostrados en rojo) que muestran gases calientes con temperaturas superiores a unos 20 millones de grados Celsius, así como gases más fríos detectados con Chandra y el telescopio XMM-Newton de la ESA (mostrados en azul).
Los nuevos datos muestran que el gas a la izquierda y derecha de los núcleos fríos que hay alrededor y entre los centros de los dos grupos de galaxias parece haberse calentado por frentes de choque. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Según las estimaciones de los investigadores, "la masa total contenida en el sistema NGC 6338 es cerca de 100 billones de veces la masa del Sol" y está compuesta en aproximadamente un 83 % de materia oscura, un 16 % de gas caliente y un 1 % de estrellas. Los astrónomos pronostican que la fusión se completará y el sistema seguirá acumulando más galaxias por gravedad hasta que se convierta en un cúmulo con cientos o miles de ellas.
DESCUBREN UN DESCOMUNAL AGUJERO NEGRO CON UNA MASA 40.000 MILLONES DE VECES LA DEL SOL.
Se trata del más grande del universo local en ser descubierto en base a observaciones estelares directas.
Un gigantesco agujero negro con una masa que supera 40.000 millones de veces a la del Sol ha sido detectado en el corazón de la galaxia elíptica de Holm 15A, ubicada a unos 700 millones de años luz de nuestro planeta en el centro del cúmulo Abell 85, informa el portal Science Alert.
El objeto, denominado Holm 15A*, es uno de los agujeros negro más masivos de los que se tenga conocimiento y el más grande de los descubiertos mediante el seguimiento de los movimientos de las estrellas alrededor del mismo.
Los autores del trabajo —publicado en julio pasado en el portal arXiv— corrigieron de esta manera los cálculos de otros astrofísicos que estimaban en base a observaciones indirectas la presencia en esa galaxia de un agujero negro con una masa de 310 veces superior a la del Sol.
Con la mira en las estrellas
"Usamos modelos de Schwarzschild axisimétricos basados en órbitas para analizar la cinemática estelar de Holm 15A desde nuevas observaciones espectrales de alta resolución y de campo amplio", escriben los investigadores, detallando que las mismas fueron obtenidas gracias al instrumento MUSE, instalado en el telescopio VLT (Very Large Telescope) del observatorio de Paranal, en Chile.
"Este es el agujero negro más masivo [descubierto] con detección dinámica directa en el universo local", añaden.
Fusión de galaxias
De acuerdo con su modelo, el agujero negro se ajusta a una colisión entre dos galaxias de tipo temprano y vaciadas en sus centros, es decir, aquellas que, a juzgar por la cantidad de estrellas en sus regiones exteriores, poseen poca densidad estelar en el núcleo.
Los científicos esperan realizar una mayor investigación sobre el tema para determinar la manera exacta en que surgió el Holm 15A*, lo cual, a su vez, podría ser de gran ayuda para comprender el mencionado tipo de fusión de galaxias y anticipando así el descubrimiento de nuevos agujeros negros supermasivos.
ASTRÓNOMOS MIDEN EL "PULSO" DE UNA ESTRELLA BRILLANTE Y OBSERVAN UNA DESACELERACIÓN INESPERADA.
Un estudio de expertos desvela el porqué del 'fallo' en la rotación de un púlsar de la constelación austral de Vela.
Astrónomos de Australia registraron por primera vez a finales del año 2016 un raro 'fallo' en la rotación de un púlsar localizado en la constelación austral de Vela. Desde entonces no han dejado de investigar y medir las propiedades físicas de lo sucedido y hablan ahora de la "evidencia definitiva de una ralentización de la frecuencia rotacional".
El púlsar Vela, aunque no es el único de dicha constelación, es el más brillante en las frecuencias de radio de todo el cielo y el tercer más brillante en el componente óptico del espectro. Es conocido desde los años 1960 como un ejemplo de estrellas de neutrones en medio de una nebulosa remanente en el lugar donde había explotado una supernova.
En el marco del estudio, liderado por Gregory Ashton, de la Universidad de Monash (Victoria, Australia), se pudo medir el tiempo de aumento del fallo con casi tres veces mayor exactitud que la estimación anterior. Duró cerca de 12,6 segundos con un 90 % de seguridad, dice el equipo en un artículo publicado este lunes en la revista Nature Astronomy.
Mientras tanto, el propio púlsar es uno de los objetos celestes de la rotación más rápida: da aproximadamente 10 vueltas por segundo. El profesor australiano lo comparó con un faro que funcionaría con pulsos de radiación electromagnética que podemos captar a medida que barre y arroja sus rayos hacia la Tierra.
Misterios en torno al púlsar
El falló brindó a los investigadores "una oportunidad única para mirar dentro de esos objetos y comprender lo que está sucediendo", estimó Ashton. El propio evento astronómico era previsible en teoría, admiten los especialistas, pero la desaceleración que precedió al fallo fue "inesperada".
La hipótesis que planteó el equipo relaciona la desaceleración en sí y el fallo como causa y efecto, pero los científicos no se muestran seguros de cómo podría ocurrir esto sin que hubieran influido otros objetos.
"Hay un gran número de misterios en torno a las estrellas de neutrones, sobre todo por qué fallan ", admitió Ashton. La ciencia ha tenido 50 años para elaborar las leyes que explican esa insólita rotación, pero todavía no puede ofrecer una respuesta concluyente. Los astrónomos esperan haber abierto al menos un nuevo camino para una investigación posterior.
¿CÓMO APARECIERON LAS EXTRAÑAS "RAYAS DE TIGRE" EN UNA LUNA DE SATURNO?
El satélite Encélado es el único lugar en el sistema solar donde estas particulares formaciones geológicas podrían haber surgido.
La luna helada de Saturno, Encélado, ha sido de particular interés para los científicos desde que fue observada en detalle por la sonda espacial Cassini de la NASA en 2005. Debajo de la superficie de este satélite del planeta gaseoso yace un océano que podría albergar vida extraterrestre.
Otro misterio de esta luna helada han sido las cuatro largas fisuras observadas en su polo sur. Una nueva investigación, publicada en la revista Nature Astronomy, explica cómo se formaron estas llamadas 'rayas de tigre' y por qué Encélado es el único lugar en el sistema solar donde estas características podrían haber surgido.
Según explicó el autor principal del estudio, Douglas Hemingway del Instituto Carnegie en Washington, estas fisuras de 135 kilómetros de largo corren en líneas paralelas a intervalos de aproximadamente 35 kilómetros.
"Lo que las hace especialmente interesantes es que están en erupción continua con hielo de agua, incluso mientras hablamos. Ningún otro planeta o luna helada tiene algo como ellas", agregó el científico.
Las mareas y el enfriamiento
Ante todo, los investigadores descubrieron que estas rayas podrían haberse formado en cualquier extremo de la luna, pero fueron las del sur las que se abrieron primero. Utilizando modelos de computadora y aplicando conceptos de la teoría elástica lineal, el equipo pudo simular cómo la capa de hielo responde a la acumulación gradual de presión en la superficie.
Un factor determinante en el proceso tiene que ver con la órbita altamente excéntrica de Encélado, que aleja a la luna de Saturno y luego la regresa nuevamente. Las mareas producidas por este proceso crean calor, deformando la luna, por lo que Encélado puede mantener agua líquida debajo de su corteza helada.
Estas deformaciones se producen con mayor fuerza en los polos, donde el hielo es más delgado. En algún momento de la historia de la luna, mientras atravesaba un período de enfriamiento, el agua se congeló debajo de las capas. Y debido a que el agua se expande cuando se congela, esto ejerció una tremenda presión sobre la corteza, causando la primera grieta gigantesca en el polo sur.
FOTOS: LA NASA DESCUBRE UNA NUEVA TORMENTA DEL TAMAÑO DE TEXAS QUE COMPLETA UN GIGANTESCO HEXÁGONO DE CICLONES EN JÚPITER.
Esquemas de Estados Unidos y Texas superpuestos sobre la familia de ciclones en el polo sur de Júpiter.
NASA/JPL-Caltech/SwRI/ASI/INAF/JIRAM
Para poder captar las imágenes, el equipo de Juno tuvo que evitar un eclipse potencialmente fatal para la misión, manteniendo la nave a salvo y alimentada de energía solar durante el fenómeno, mientras se desataban las increíbles tormentas.
Juno, la sonda de la NASA que orbita Júpiter desde 2016, descubrió una nueva tormenta el pasado 3 de noviembre durante un sobrevuelo a 3.500 kilómetros sobre la atmósfera del planeta. La tormenta, que se encontraba oculta debajo de la capa superior de nubes, se une a una familia de seis ciclones presentes en el Polo Sur del planeta gigante.
Con la ayuda de JIRAM, una cámara que se encuentra a bordo de Juno capaz de captar desde la atmósfera la luz infrarroja que emite Júpiter, los científicos rastrearon los movimientos de los gases bajo de la superficie del planeta y detectaron este nuevo hallazgo, pasando la familia de ciclones "de un pentágono de ciclones que rodea a uno en el centro a un arreglo hexagonal".
Seis ciclones formando un patrón hexagonal alrededor de un ciclón central en el polo sur de Júpiter.NASA/JPL-Caltech/SwRI/ASI/INAF/JIRAM
Esta nueva tormenta es la de menor tamaño en comparación con sus seis hermanos ciclónicos. Su superficie equivale, aproximadamente, a la del estado de Texas, mientras que el resto tiene un tamaño aproximado al de Estados Unidos.
"Estos ciclones son fenómenos climáticos nuevos que no se han visto ni predicho antes, la naturaleza está revelando una nueva física con respecto a los movimientos de fluidos y cómo funcionan las atmósferas de los planetas gigantes", asegura Cheng Li, científico de la Universidad de California (EE.UU.).
Imagen compuesta de luz visible tomada por el generador de imágenes Juno.NASA/JPL-Caltech/SwRI/MSSS/JunoCam
Por medio de observaciones y simulaciones por computadora estamos comenzando a comprender estos fenómenos, lo que permitirá comprender mejor cómo evolucionan los ciclones a través el tiempo, expresó Li.
Para poder captar las imágenes, el equipo de Juno tuvo que evitar un eclipse potencialmente fatal para la misión, manteniendo la nave a salvo y alimentada de energía solar durante el fenómeno, mientras se desataban las increíbles tormentas.
EL TELESCOPIO ESPACIAL HUBBLE CAPTA UNA LEJANA Y BRILLANTE GALAXIA.
El cúmulo de astros forma parte del grupo NGC 3175 y está situado a unos 50 millones de años de luz de distancia.
El telescopio espacial Hubble obtuvo una imagen de una galaxia situada a unos 50 millones de años de luz de la Tierra. En un comunicado publicado en la página oficial de Hubble, la semana pasada, se informa que en la fotografía se pueden observar puntos brillantes de gas, líneas oscuras de polvo, un núcleo brillante y brazos giratorios de conexión.
La galaxia se encuentra en la constelación de Antlia y forma parte del grupo NGC 3175, que a su vez contiene un par de galaxias espirales de gran tamaño: la que protagoniza la fotografía y la NGC 3137, así como una numerosa cantidad de galaxias espirales y satélites de masa menor.
Los grupos de galaxias –se precisa allí– son algunas de las reuniones galácticas más comunes en el universo, e incluyen aproximadamente 50 galaxias unidas entre sí por la gravedad.
EL AGUJERO NEGRO DEL CENTRO DE NUESTRA GALAXIA TENDRÍA UN "AMIGO" QUE SE PUEDE DETECTAR.
De existir, su tamaño no sería superior a una décima parte del principal.
Un grupo de científicos liderado por la astrónoma Smadar Naoz considera que el agujero negro supermasivo Sagitario A* (Sgr A*), ubicado en el centro de la Vía Láctea, podría tener un acompañante.
Ese segundo agujero negro 'amigo' aún no ha sido registrado, pero su existencia se podría corroborar o descartar a través de "una miríada de efectos observables", indican estos especalistas.
Atención a la órbita
El efecto más evidente sería el movimiento de las estrellas más cercanas al centro de la Vía Láctea, como S0-2, que orbita Sgr A* con un periodo de 16 años. Si hay un agujero negro acompañante, su tamaño no sería mayor a un décimo del principal, que es un millón de veces más grande que el Sol.
Las observaciones han permitido descartar que haya "un segundo agujero negro supermasivo con una masa 100.000 veces superior" a la del Sol y se encuentre "a 200 veces la distancia" entre esa estrella y la Tierra respecto a Sgr A*, explica Naoz en el portal Space.com.
Sin embargo, esa circunstancia no descarta que en esa zona se encuentre un agujero negro acompañante más pequeño que "no altere la órbita de SO-2 de una manera que podamos medir con facilidad", agrega esta experta.
Emisión y ondas electromagnéticas
Así, la presencia de un segundo agujero negro se detectaría al observar la emisión de S0-2 en el momento de su máxima aproximación a Sgr A*, un fenómeno que tendrá lugar dentro de unos 16 años y en el que "se podría alterar el resultado esperado".
Finalmente, la interacción de los dos agujeros negros debería liberar ondas gravitacionales de frecuencia bastante baja. Los aparatos disponibles hoy en día no son capaces de detectar esas fluctuaciones, pero la Antena Espacial de Interferómetro Láser (LISA, por sus siglas en inglés) que la NASA espera poner en servicio en 2034 podría registrarlas, detalla Smadar Naoz.
LA NASA DETECTA EN EL SOL UNA EXPLOSIÓN MAGNÉTICA NUNCA ANTES VISTA.
Se trata de la ruptura y la consiguiente reconexión de dos líneas de la magnetosfera, provocada por una erupción solar.
Astrónomos del Observatorio de Dinámica Solar (SDO, por sus siglas en inglés) de la NASA registraron en la superficie del Sol una protuberancia especial que provocó un cambio en las líneas del campo magnético de la estrella, informa un artículo publicado el 17 de diciembre en la revista The Astrophysical Journal.
La erupción, que fue detectada el 3 de mayo de 2012, alcanzó las capas superiores de la atmósfera solar y empezó a caer. No obstante, a diferencia de otras protuberancias observadas antes, esa vez la materia que la formaba se encontró con las líneas del campo magnético solar, provocando la llamada reconexión, o explosión magnética.
Este fenómeno, detectado tanto en la Tierra como en el Sol, consiste en laruptura y la consiguiente reconexión de dos líneas de la magnetosfera. Sin embargo, los eventos de este tipo observados hasta la fecha eran espontáneos y ocurrían en circunstancias muy particulares.
Esa vez, sucedió algo distinto: una reconexión forzosa, predicha teóricamente hace 15 años. A diferencia de explosiones espontáneas, las reconexiones forzosas pueden ocurrir en condiciones más habituales, pero necesitan una erupción que la provoque.
"Esa fue la primera observación de un factor externo de la reconexión magnética. Podría ser muy útil para comprender otros sistemas. Por ejemplo, las magnetosferas planetarias y de la Tierra, otras fuentes de plasma magnetizado e incluso los experimentos a escala de laboratorio donde el plasma es altamente difusivo y muy difícil de controlar", cita un comunicado de la NASA al autor principal del estudio, Abhishek Srivastava.
Asimismo, los investigadores descubrieron que la reconexión forzada calentó el plasma del Sol mucho más que lo hacen explosiones espontáneas. Esto puede ser de ayuda para la predicción de los efectos nocivos de las tormentas solares, que pueden representar peligro para la Tierra, señala la NASA.
VIDEO: DESCUBREN "UNO DE LOS EVENTOS MÁS ENERGÉTICOS" OCURRIDO EN LA VÍA LÁCTEA.
La investigación fue posible gracias a las observaciones de la región central de nuestra galaxia realizadas con el instrumento HAWK-I, instalado en el telescopio VLT, en el desierto chileno de Atacama.
Un grupo internacional de científicos ha proporcionado evidencia de un episodio extremadamente violento ocurrido en la Vía Láctea, que involucró cientos de miles de explosiones de supernova.
Gracias la cámara infrarroja HAWK-I del Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral, ubicado en el desierto chileno de Atacama, se ha podido observar detalladamente, a través de las nubes de polvo cósmico de la zona central de nuestra galaxia, revelando el proceso de formación de estrellas en esa área.
Los investigadores sugieren que la formación de estrellas no ha sido continua, por el contrario señalan que el 80% de ellas se formaron en el pasado remoto de la Vía Láctea, entre 8.000 y 13.500 millones de años atrás. Tras otros 6.000 millones de años apenas nacieron estrellas.
Sin embargo, este periodo de improductividad llegó a su fin con la aparición de una intensa explosión de formación de estrellas hace unos 1.000 millones de años. "Este estallido de actividad, que debió dar como resultado la explosión de más de 100.000 supernovas, fue probablemente uno de los eventos más energéticosen toda la historia de la Vía Láctea", sostiene Francisco Nogueras-Lara, del Instituto Max Planck de Astronomía (Alemania) y líder del estudio.
En este tipo de explosiones de formación estelar nacen muchas estrellas masivas, que tienen una existencia breve: queman su combustible, el hidrógeno nuclear, mucho más rápido que las estrellas de menor masa y culminan su vida con violentas explosiones de supernova.
Los resultados de las observaciones han sido publicados en la revista Nature Astronomy.
AURORAS POLARES EN MARTE: NO SON COMO EN LA TIERRA Y TIENEN QUE VER CON ESCAPES DE AGUA.
Al igual que las auroras boleares de la Tierra, están relacionadas con el roce de la atmósfera con el viento solar, pero en el planeta rojo solo son visibles en luz ultravioleta.
Años de observaciones espaciales han permitido registrar el fenómeno de las auroras polares en varios planetas del Sistema Solar, pero el origen de estas varía. Así, un nuevo estudio ha establecido que la mayor parte de las auroras observadas en Marte son producidas por protones y están relacionadas con el escape de agua al espacio.
Esas auroras de protones solo son visibles en luz ultravioleta pero, al igual que las auroras boreales en la Tierra, se deben al roce de la atmósfera con el viento solar, explica un comunicado de la NASA que recoge los datos del estudio. El equipo científico interuniversitario que lo llevó a cabo "descubrió que los períodos de mayor escape atmosférico se corresponden con aumentos en la incidencia e intensidad de las auroras de protones", dijo Andrea Hughes, de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, con sede en Florida.
El fenómeno tiene que ver también con el escape al espacio de vapor de la congelada agua marciana, un proceso que genera una enorme nube de hidrógeno en torno a Marte. El viento solar golpea esa nube y, acto seguido, los protones, cargados positivamente, capturan los electrones de los átomos de hidrógeno y se neutralizan. Son precisamente estas interacciones las que emiten la luz ultravioleta.
El análisis de un conjunto de datos recabados por la misión MAVEN (Mars Atmosphere and Volatile Evolution) de la NASA reveló que las auroras de protones se registran en el 14 % de las observaciones diurnas. Este porcentaje aumenta hasta el 80 % durante el verano del hemisferio sur en Marte, cuando el planeta se encuentre más cerca del Sol.
El aumento del polvo y el calor del verano hacen que el vapor de agua se eleve más alto sobre la superficie, donde la luz ultravioleta del Sol lo divide en hidrógeno y oxígeno. La nube de hidrógeno en la atmósfera se vuelve más espesa y aumenta las auroras.
El fenómeno fue visto por primera vez desde la sonda espacial MAVEN en el 2016, pero al principio estaba considerado como bastante raro, debido a que los científicos no estaban "mirando en los momentos y lugares correctos", según admite el astrónomo Mike Chaffin, de la Universidad de Colorado Boulder.
ERRORES DE INVESTIGACIÓN: CIENTÍFICOS DE TRES UNIVERSIDADES CUESTIONAN EL INFORME DEL "IMPOSIBLE" AGUJERO NEGRO EN LA VÍA LÁCTEA.
Tres grupos de investigadores han llegado a la misma conclusión usando diversas metodologías de análisis.
Dos semanas después de que se anunciara el descubrimiento de un agujero negro en nuestra galaxia que "no debería existir", tres estudios separados han calificado este hallazgo de "erróneo", informa Science Alert.
En el estudio original, el grupo de astrónomos liderado por Liu Jifeng, profesor del Observatorio Astronómico Nacional de China, anunciaron la existencia de LB-1, un agujero negro localizado a 15.000 años luz de la Tierra, cuya masa excede la solar en 70 veces.
El informe representa un verdadero desafío para las actuales teorías de evolución estelar, dado que las estrellas que potencialmente podrían formar agujeros negros de tal masa normalmente mueren en una supernova que elimina completamente el núcleo estelar, imposibilitando la aparición de un agujero negro.
Ahora investigadores de tres universidades aseguran que el método de velocidad radial aplicado por el equipo de Liu para medir la luz oscilante procedente del disco de acreción del agujero negro —fragmentos sobrecalentados de objetos destruidos— tiene fallos.
El agujero negro que estudiaron Liu y su equipo está vinculado con una estrella en un sistema binario. Normalmente, la técnica de velocidad radial se usa para determinar la masa de los objetos de órbitas enlazadas midiendo el grado de la oscilación de uno a otro.
Lo que Liu y su equipo interpretaron como la luz emitida por el agujero negro fue, de hecho, la luz absorbida por la estrella (o más bien, su gas sobrecalentado). Una vez que la 'línea de absorción' oscura de la estrella compañera se eliminó del espectro estudiado, de repente el agujero negro dejó de oscilar, lo que indujo a los críticos de Liu a concluir que la masa del agujero negro no excede la solar en más de 20 veces.
A esta conclusión llegaron tres grupos de investigadores distintos —de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda y la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica— aproximadamente al mismo tiempo, usando una variedad de análisis diversos.