ASTRÓNOMOS DETECTAN ACCIDENTALMENTE UNA BRILLANTE EXPLOSIÓN DE UN METEORO EN LA ATMÓSFERA DE JÚPITER.
Un grupo de astrofísicos estadounidense que con la ayuda de la sonda Juno de la NASA observaba las auroras de Júpiter ha descubierto inesperadamente la explosión de un meteoro en la atmósfera de ese planeta.
El planeta más grande del Sistema Solar experimenta una enorme cantidad de impactos cada año, mucho más que la Tierra, por lo que el evento en sí no es nada raro. Sin embargo, esas colisiones son tan breves que es poco habitual observarlas.
"Uno debe tener suerte y apuntar el telescopio en el momento correcto; en la última década los astrónomos aficionados captaron solo seis impactos en Júpiter", comentó Rohini Giles, autora principal del estudio del Instituto de Investigación del Suroeste, publicado en Geophysical Research Letters.
El evento, observado en abril de 2020, fue distinguible entre los datos de descargas superatmosféricas y auroras, normalmente protagonizadas por emisiones de hidrógeno molecular, el componente principal de la atmósfera de Júpiter.
"El destello brillante tenía características muy diferentes. En ultravioleta vemos que la emisión procedió de un cuerpo negro con una temperatura de 9.327 grados centígrados, a una altitud de 225 kilómetros por encima de la capa de nubes del planeta. Analizando el brillo del estallido creemos que fue causado por un objeto de entre 249 y 1.497 kilos de masa", precisa Giles.
El mayor impacto jamás registrado en Júpiter fue el cometa Shoemaker-Levy 9, que colisionó con el planeta en 1994 y fue ampliamente estudiado por astrónomos internacionales y la sonda Galileo.
"Los impactos de asteroides y cometas pueden tener efectos significativos en la química estratosférica del planeta: 15 años después del impacto, el cometa Shoemaker-Levy 9 todavía era responsable del 95% del agua estratosférica en Júpiter", explicó la astrónoma.
Por lo tanto, señaló, continuar las observaciones de impactos y evaluar el número total de estos eventos es importante para entender la composición del planeta.
La sonda Juno fue lanzada en agosto de 2011 y entró en la órbita de Júpiter en julio de 2016 para estudiar la gravedad, los campos magnéticos, la dinámica atmosférica y la composición y evolución del planeta gigante.
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