Un fotógrafo español capta con su cámara las ecuaciones matemáticas de las pizarras de los centros de investigación y las universidades más prestigiosas del mundo.
La exposición, en la Galería Tristán Hoare de Londres.
Esos galimatías que aparecen en las imágenes sobre estas líneas son algunas de las fórmulas matemáticas que explican las teorías más complejas de la Física cuántica, desde la teoría de las cuerdas a las supersimetrías, en estado puro, cuando todavía son escritas y replanteadas (y también borradas) por los científicos en sus despachos. El fotógrafo español afincado en Londres Alejandro Guijarro(Madrid, 1979) ha recorrido el mundo durante tres años para fotografiar las pizarras de los departamentos de Física de las universidades y centros de investigación más prestigiosos del mundo. Su trabajo supone un acercamiento del arte a la ciencia más dinámica.
A. GUIJARRO
Pizarra en Stanford.
Guijarro comenzó a interesarse por este mundo extraño de la Física cuántica con la curiosidad del neófito, sin saber nada al respecto. «Me atraía su parte de incertidumbre, la forma en la que modifica la realidad que nos ha enseñado la Física tradicional», afirma desde Londres, donde expone su colección en la galería Tristan Hoare. Para tomar sus fotografías, el artista decidió acudir a los lugares donde se crea la ciencia, influyentes universidades como Oxford y Cambridge en Reino Unido, Stanford y Berkeley en EE.UU., la de Tsinghua en Pekín o la de Lausanne en Suiza, entre otras, «donde se encuentran las máximas autoridades en la materia, el trabajo que se hace tiene una repercusión importante y se crea lo que mañana va a ser la nueva realidad». En España, fotografió las instalaciones del Instituto de Física Corpuscular (IFIC) en Valencia. Pero sin duda, «el lugar más espectacular, en el que trabaja una gente increíble» fue para el artista la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en Suiza, la casa del Gran colisionador de hadrones, el famoso LHC.
Allí Guijarro fue testigo de excepción de la fórmula que demostraba la existencia del bosón de Higgs, la partícula que explica por qué las demás tienen masa, dos semanas antes de que se anunciara a bombo y platillo. Claro que entonces él no podía imaginar el hallazgo extraordinario que tenía delante de su objetivo. En la fotografía de esa pizarra puede leerse claramente 125 GeV (Gigaelectronvoltios), alrededor del rango de energía en el que fue encontrado el Higgs. Cuando el madrileño disparó, los físicos del CERN ya tenían acorralada la partícula. «Tuve muchísima suerte», reconoce.
Sin manipulación
Todas las fotografías de Guijarro están tomadas tal cual se encontraba la escena, sin manipular nada. «Las fotos son de los despachos de los investigadores, en sus departamentos, no son teorías que han presentado en clase a sus alumnos», comenta. «No sé nada de Física, pero antes de fotografiar siempre pregunto a los expertos qué es lo que aparece en la pizarra y ahora al menos he aprendido cuáles son los grandes problemas», dice el fotógrafo.
La Física cuántica, centrada en el mundo de lo pequeño, es fundamental para desentrañar algunos de los misterios del Universo. Sin ella no serían posibles avances en la comprensión de la biología molecular, la ingeniería genética, la construcción de centrales nucleares o la comprensión del funcionamiento del Universo. Quizás en alguna de las fotos de Guijarro se encuentre la fórmula para un gran descubrimiento del futuro.
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