DESCUBREN DOS AGUJEROS NEGROS JUNTOS, ALGO QUE SE CREÍA IMPOSIBLE.
Concepción artística del agujero negro en un cúmulo estelar - Foto: Benjamin de Bivort; Strader, et al.; NRAO/AUI/NSF.
Un descubrimiento del telescopio Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) ha obligado a los científicos a repensar su conocimiento del medio ambiente en los cúmulos estelares globulares, conjuntos muy unidos que contienen cientos de miles de estrellas: «descubrimos algo muy sorprendente: dos agujeros negros más pequeños», ha explicado una de las autoras del trabajo, Laura Chomiuk.
Los astrónomos usaron el VLA para estudiar un cúmulo globular llamado Messier 22 (M22), un grupo de estrellas a más de 10.000 años luz de la Tierra. Los científicos tenían la esperanza de encontrar pruebas de un tipo raro de agujero negro en el centro del cúmulo. Este sería de masa intermedia, más masivo que aquellos que duplican la masa del Sol, pero más pequeño que los agujeros negros supermasivos que se encuentran en los núcleos de las galaxias.
"No encontramos lo que estábamos buscando, pero en su lugar descubrimos algo muy sorprendente: dos agujeros negros más pequeños", ha explicado una de las autoras del trabajo, Laura Chomiuk.
Los agujeros negros se originan tras estrellas muy masivas que explotan como supernovas. En el cúmulo globular, muchos de estos agujeros negros de masa estelar probablemente se produjeron a principios de los 12 millones de años de historia del cúmulo, como estrellas masivas con rápidos ciclos de vida.
En las simulaciones llevadas a cabo en esta investigación, publicada en 'Nature', han indicado que estos agujeros negros se situarían en el centro del cúmulo y, a continuación, comenzarían una danza gravitacional violenta en la que todos ellos, o tal vez todos menos uno, serían expulsados de la agrupación. Según otro de los autores, Jay Strader, "encontrar dos agujeros negros, en vez de uno, en un cúmulo globular cambia el panorama".
Así, los astrónomos sugieren algunas posibles explicaciones. En primer lugar, los agujeros negros pueden trabajar juntos para inflar las partes centrales del cúmulo, reduciendo densidad y, por lo tanto, la velocidad a la que los agujeros negros se expulsan el uno al otro a través de su danza gravitacional.
Alternativamente, el cúmulo podría no estar tan lejos a lo largo del proceso de contracción, como se pensaba anteriormente, reduciendo de nuevo la densidad del núcleo. "Las futuras observaciones del VLA nos ayudarán a conocer el destino final de los agujeros negros en los cúmulos globulares", ha afirmado Chomiuk.
Estos dos agujeros negros descubiertos con el VLA estelar son los primeros agujeros negros encontrados en cualquier cúmulo globular en nuestra galaxia, la Vía Láctea.
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