MUERTE.

Un esfuerzo tras otro,
busco huellas incapaces de amar,
luego grito aterrada
a la sombra de un árbol,
te miro y lloro,
no hay sosiego ni paz perdurable,
tus pasos no cesan jamás,
sigo gritando tu ausencia,
sigo asolapada en la muralla,
no puedo cogerte la mano,
estás frío... porque estás muerto.

Mis ojos quieren ceguera,
basta de ver lunas incongruentes,
estrellas celosas del día,
y un sol quemando su furia,
quiero ver tu rostro
pintado de risas,
pero no, te veo muerto... muerto.

Soy un deshecho humano
que nada vale,
sólo soy una quimera indeseable
que flota entre las penas diarias,
y se convierte en pesadilla
mi existir.

No importa, moriré luego,
cuando dejes de sonreir
y se congele tu mirada
sabré que estás muerto...
entonces... yo también lo estaré.

De mi autoría. Diciembre 06 de 1981.