ADIOS.

La noche que avanza inexorable,
las confusiones se encadenan
en cada puerta,
en cada rostro que veo,
y en cada sonrisa se pierde
una estrella que revienta.

Avanza también la hora,
no puedo detenerla,
me desespero,
busco el campo en tu sombra
y no lo encuentro,
siento tan sólo tu silencio,
pesado, quejumbroso,
diferente antes que ayer.

No está el dolor para sentirlo,
ni siquiera existe,
pero lo invento,
así me siento felíz,
mentira,
nada es verdad,
ni el dolor, ni mi invento.

Sólo tú eres mi gran verdad,
mi invento real,
mi noche inexorable,
aquella que apreta mis sentidos
y se acuna en mis pupilas,
mi jadeo se detiene,
ya no me desespero,
mi vida se va...
sentí el dolor,
lo sentí... me voy...
adios, mundo... adios, amor...

De mi autoría. Diciembre 19 de 1982.-