CIENCIA Y CONOCIMIENTOS... Aprendamos sobre los misterios del universo... los invito a leerme...: abril 2018
CIENCIA Y CONOCIMIENTOS... Aprendamos sobre los misterios del universo... los invito a leerme...
lunes, 30 de abril de 2018
VIDEO: EL BRUTAL CHOQUE QUE FORMÓ LAS LUNAS DE MARTE.
Esta imagen compuesta compara el tamaño de las lunas de Marte, Deimos y Fobos, como se ven desde la superficie del Planeta Rojo, en relación con el tamaño en que nuestra Luna es vista desde la superficie de la Tierra. Nuestra Luna es 100 veces más grande que Phobos, pero las marcianas orbitan mucho más cerca de su planeta, haciendo que parezcan relativamente más grandes en el cielo - NASA / JPL-Caltech / Malin Space Science Systems / Universidad de Texas A & M
Las pequeñas Fobos y Deimos se originaron al estrellarse un cuerpo del tamaño de un mundo enano contra el Planeta rojo.
Hace unos 4.500 millones de años, un objeto del tamaño de Marte bautizado como Theia chocó contra la Tierra y arrojó al espacio una gran masa de material que después se condensó formando nuestra Luna. No fue el único evento similar ocurrido en el Sistema Solar. Científicos del Southwest Research Institute (SwRI) creen que las diminutas lunas marcianas Fobos y Deimos también tuvieron un nacimiento violento, aunque a una escala mucho menor que el impacto gigante que dio lugar a nuestro satélite. En este caso, un joven planeta Marte recibió probablemente el golpetazo de un cuerpo del tamaño de un mundo enano. Así lo explican en la revista Science Advances.
El origen de las lunas pequeñas del Planeta Rojo ha sido debatido durante décadas. Las formas irregulares de estos diminutos satélites parecían sugerir que fueron asteroides «capturados» intactos por la gravedad de Marte, pero las trayectorias de sus órbitas contradicen tal cosa. Otra propuesta, que los investigadores respaldan, es la formación tras un choque colosal, pero hasta ahora nadie había podido demostrarlo de forma consistente.
El nuevo estudio identifica el tipo de impacto necesario para la formación de las dos pequeñas lunas marcianas. «Un resultado clave de nuestro trabajo es el tamaño del impactador: encontramos que no se necesita uno gigante (como se había considerado anteriormente), sino uno similar en tamaño a los asteroides más grandes como Vesta y Ceres», señala Robin Canup, vicepresidente asociado de la División de Ingeniería y Ciencia Espacial de SwRI y autor principal del estudio.
Nuestra Luna pudo haberse formado cuando un objeto del tamaño de Marte se estrelló en la naciente Tierra y los restos resultantes se unieron en el sistema Tierra-Luna. El diámetro de la Tierra es de aproximadamente 12.742 km, mientras que el diámetro de Marte es de poco más de 6.750 km. La Luna tiene un diámetro de más de 3.470 km, aproximadamente un cuarto del tamaño de la Tierra.
Aunque se formaron en el mismo marco de tiempo, Deimos y Phobos son muy pequeños, con diámetros de solo 12 y 22 km respectivamente, y orbitan muy cerca de Marte. El impactador de formación de estas lunas estaría entre el tamaño del asteroide Vesta, que tiene un diámetro de 524 km, y el planeta enano Ceres, que tiene 946 km de ancho.
Más secas
El nuevo modelo también predice que las dos lunas están formadas principalmente del material original de Marte, por lo que sus composiciones deberían ser similares a las del Planeta rojo en la mayoría de los elementos. Sin embargo, el calentamiento del material expulsado y la baja velocidad de escape sugieren que el vapor de agua se habría perdido, lo que implicaría que las lunas serían más secas.
Estos hallazgos son importantes para la misión de exploración de Marte (MMX) de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), que se planea lanzar en 2024 e incluirá un instrumento proporcionado por la NASA. La nave espacial MMX visitará las dos lunas marcianas, aterrizará en la superficie de Fobos y recogerá una muestra de su superficie que será devuelta a la Tierra en 2029.
«Un objetivo principal de la misión MMX es determinar el origen de las lunas de Marte, y tener un modelo que predice cuáles serían las composiciones de las lunas si se formaran por impacto proporciona una restricción clave para lograr ese objetivo», señala Canup.
VIDEO: EL SISTEMA SOLAR, LA MARAVILLOSA HÉLICE QUE VIAJA A 828.000 KILÓMETROS POR HORA.
Si viéramos la trayectoria de los planetas observaríamos que recorren un complejo camino. Explicamos cómo se mueve nuestro sistema planetario por la Vía Láctea y otras curiosidades.
Solemos imaginar el Sistema Solar con nuestra estrella en el centro y los planetas girando tranquilamente y en armonía a su alrededor. Pero en realidad, el Sol tampoco está quieto. Es una de las 300.000 millones de estrellas que giran alrededor del centro de la Vía Láctea en una órbita casi circular y viaja a unos 828.000 kilómetros por hora.
El resultado es que si viéramos al Sistema Solar pasar por nuestro lado veríamos algo muy distinto a lo que estamos acostumbrados. El Sol seguiría estando en el centro y los planetas girando dentro de la eclíptica, el plano que contiene sus órbitas, con la excepción de Mercurio, que está ligeramente por fuera. Pero si pudiéramos ver el rastro dejado por los planetas, veríamos hélicesarremolinándose en torno a la estrella. (En esta animación puedes ver este efecto).
El modelo típico del Sistema Solar no es la realidad. No se respetan las distancias y no se tiene en cuenta que el Sol no está quieto, sino que está surcando la Vía Láctea-NASA.
Sin embargo, no hay que confundir esto con un supuesto modelo astronómico en el que hace unos años un artista, llamado DjSadhu, representó el Sistema Solar como un vórtice. En aquel modelo, falso, el Sol iba por delante de sus planetas formando un largo vórtice. Pero los astrónomos saben que los planetas giran dentro de un plano en cuyo centro está el Sol: la estrella no está por encima de sus seguidores. No es que los planetas sigan al Sol. Es que todo el Sistema Solar se mueve en conjunto.
La estrella que oscila en el plano de la galaxia
Pero, ¿cómo se mueve el Sol? Esta estrella necesita unos 225 millones de años para completar una vuelta completa alrededor de la Vía Láctea y así cumplir un año galáctico. Desde que se formó, el Sol ha recorrido unos 150.000 años luz y ha cumplido 20 años galácticos. Si todo va bien, debería superar la cuarentena, equivalente a unos 10.000 millones de años terrestres, antes de morir.
En estos momentos, o, mejor dicho, en esta era, el Sol se está moviendo hacia la estrella de Lambda Hércules. En comparación con el plano de la galaxia, en el que se encuentran la mayoría de las estrellas, el Sol se dirige hacia «arriba» (hacia el que sería el Norte de la Vía Láctea) a una velocidad de siete kilómetros por segundo, y tiene la eclíptica inclinada en 60 grados en relación con este. Su viaje ha hecho que ahora sobresalga del plano galáctico unos 50 años luz.
Pero el tirón gravitacional de la Vía Láctea, tanto desde el centro como desde la materia que se acumula en las otras zonas, está ralentizando el intento de escape de la estrella. El astrónomo Frank Bash estimó que en unos 14 millones de años el Sol alcanzará su máxima altura, a 250 años luz del plano, y que luego comenzará a perder altura, hasta situarse en las antípodas, a 250 años luz por debajo de esta zona. Se cree que estos ciclos tienen una duración de 70 millones de años y que el Sol atraviesa el plano de la galaxia cada 35. De hecho, algunos autores han intentado correlacionar esto con extinciones masivas.
Como hace apenas dos millones de años que atravesamos el plano galáctico, la visión desde la Tierra de la Vía Láctea está en gran parte bloqueada por el polvo y el gas de las zonas centrales. Pero dentro de 10 a 20 millones de años tendremos una mejor perspectiva.
Este movimiento del Sol hace que las estrellas hermanas junto a las que nació ahora estén en otras posiciones. Es el caso, por ejemplo, de HD 162826, una estrella hermana del Sol nacida del mismo criadero estelar, con una edad semejante y ahora situada a 110 años luz de la Tierra.
La zona de habitabilidad de la Vía Láctea
En cuanto a la zona que ocupa, se puede decir que el Sol está cerca del medio de la Vía Láctea, pero que no demasiado. De hecho, se encuentra a unos 25.000 años luz del centro de una galaxia que tiene una extensión máxima de 100.000 años luz. En concreto, está dentro de Orión, un pequeño brazo espiral exterior de la Vía Láctea, aunque en el futuro ocupará otras posiciones.
En todo caso, esto le hace ser una de las estrellas que está dentro de la zona de habitabilidad de la Vía Láctea: esto significa que no está ni muy cerca del centro, lo que le pone a salvo de la radiación del núcleo galáctico, pero que tampoco está demasiado fuera. Gracias a esto, su órbita ha impedido que se cruce con supernovas y perturbaciones gravitatorias que hubieran puesto en peligro la posibilidad del surgimiento de la vida.
Representación del aspecto que se cree que tiene la Vía Láctea. El Sol está ahora en el brazo de Orión-NASA.
Además de moverse de un sitio a otro, el Sol gira sobre sí mismo: a pesar de que tiene un diámetro 109 veces mayor que la Tierra, sus días son bastante rápidos para su tamaño. Su ecuador gira cada 25,4 días terrestres y sus polos cada 30.
El Sistema Solar es muy importante para nosotros, pero en realidad está prácticamente constituido tan solo por una estrella. El Sol aglutina el 99,86 por ciento de toda la masa del sistema planetario. Dentro del 0,1 por ciento de la masa restante y que está en forma de planetas, el 70 por ciento se concentra en Júpiter. Los planetas rocosos (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) solo llegan al uno por ciento de esta magnitud.
El complejo mecanismo de los planetas
A pesar de eso, el Sol no está solo. Viaja por la Vía Láctea acompañado de ocho planetas, cinco planetas enanos, 157 lunas, casi 760.000 asteroides, más de 3.500 cometas, meteoroides y otros pequeños cuerpos. Dentro de este maremágnum, se cree que la gravedad de la Vía Láctea tiene poca influencia, pero que, a medida que nos alejamos del Sol, va cobrando juego. Por eso, algunos sugieren que los cometas pueden entrar en el interior del Sistema Solar después de que las fuerzas de marea galácticas o el paso de estrellas cercanas arranquen restos situados en la nube de Oort, la región más externa del sistema planetario.
Aparte de estar en un plano, la eclíptica, los planetas y los satélites del Sistema Solar giran en el mismo sentido, contrario a las agujas del reloj (si se mira desde el Norte, es decir, «arriba»). Todos ellos conservan el movimiento del disco protoplanetario que dio lugar a todos los planetas.
Además, casi todos los planetas rotan también en sentido antihorario, con excepción de Venus y Urano. Ambos tienen su eje de rotación muy inclinado (en 177 y 98 grados, respectivamente), probablemente a causa de una convulsa historia de impactos y perturbaciones gravitacionales. Todo esto lleva a que hoy cada planeta tenga su propia inclinación en el eje de rotación, aunque todos roten en la misma dirección.
Puede parecer que ya sabemos todo sobre el Sistema Solar, pero en realidad apenas hemos comenzado a explorarlo y a entenderlo. En todos los años de exploración del espacio, el ser humano solo ha enviado 300 misiones robóticas a explorar su vecindario. Solo 24 astronautas han dejado atrás la órbita de la Tierra, y solo han llegado hasta la Luna, a un tiro de piedra de nuestro planeta. La nave que más lejos ha viajado es la Voyager 1, que después de 40 años de viaje ya surca el espacio interestelar, pero que apenas está a 19 horas, 33 minutos y 13 segundos luz de la Tierra.
ASTRÓNOMOS DE LA U. DE CONCEPCIÓN PARTICIPA EN LA CREACIÓN DEL MAPA ESTELAR MÁS DETALLADO DE LA VÍA LÁCTEA.
La información obtenida permitirá la creación de un mapa en 3D de la Vía Láctea, así como la reconstrucción de las trayectorias orbitales del 1% de las estrellas de la galaxia, pudiendo " retroceder” en el tiempo y así observar la formación de fósiles estelares.
La Agencia Espacial Europea (ESA) publicó hoy el mapa estelar de la Vía Láctea más detallado hasta ahora, registro que además de incluir a sus galaxias vecinas, añade las mediciones de alta precisión de casi 1.700 millones de estrellas.
Los datos, recolectados por la sonda Gaia enviada en 2013 al espacio, se suman a otra publicación similar realizada hace dos años, que cubrió dos millones de estrellas.
Sin embargo, a diferencia del telescopio Hubble de la NASA, que toma imágenes del cielo, Gaia mide la distancia, el movimiento, el brillo y el color de las estrellas.
Los datos fueron procesados por cientos de científicos e ingenieros de software para producir mapas, incluso de los asteroides de nuestro sistema solar y una carta tridimensional de las estrellas cercanas.
Entre los astrónomos involucrados en el proceso se cuenta a José Fernández-Trincado, de la Universidad de Concepción y el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).
“Mi aporte fue proporcionar el modelo de la Vía Láctea llamado GravPot16, el cual permite predecir y estudiar las trayectorias orbitales de las estrellas de nuestra propia galaxia con gran detalle”, explica.
En cuanto a la información obtenida, que tiene como objetivo la creación de un mapa en 3D de la Vía Láctea, Trincado señala que “queremos entender cómo se formó y cómo evolucionó nuestra galaxia. Gaia es la sonda astrométrica más grande jamás creada y está midiendo la posición, velocidad y distancia de las estrellas en el firmamento con una precisión tal que si estuviera en la Tierra, podría medir el movimiento de una moneda sobre la superficie la Luna”.
Además, se espera que los datos ayuden a reconstruir las trayectorias orbitales del 1% de las estrellas de la galaxia, pudiendo “retroceder” en el tiempo y así observar la formación de cúmulos globulares, también conocidos como fósiles estelares.
La ESA indicó que tanto los astrónomos profesionales como los aficionados podrán tener acceso a los datos y buscar los nuevos descubrimientos.
DOS AGUJEROS NEGROS CHOCARÁN EN LA EXTRAÑA GALAXIA MARIPOSA.
Investigadores descubren cómo dos fuerzas diferentes han dado lugar a la nebulosa.
A 400 millones de años luz de distancia, en la constelación de Ofiuco (El cazador de serpientes), se encuentra una galaxia peculiar que tiene la forma de una mariposa al vuelo. Llamada NGC 6240,consiste en realidad en dos galaxias fusionadas más pequeñas. Mientras la mayoría de las galaxias en el Universo tienen un solo agujero negro supermasivo en su centro, observaciones con el telescopio Chandra de la NASA revelaron que aquí hay dos separados entre sí a 3.000 años luz de distancia. Y resulta que los dos gigantes derivan el uno hacia el otro en un baile alocado que terminará en un choque brutal dentro de algunas decenas o cientos de miles de años.
La investigación, dirigida por Francisco Müller-Sánchez, de la Universidad de California Boulder, revela que los gases expulsados por esos agujeros negros, en combinación con los expulsados por las estrellas en la galaxia, pueden haber comenzado a reducir la producción de nuestras estrellas en NGC 6240. El equipo también muestra cómo estos «vientos» han ayudado a crear la enorme nube de gas con forma de mariposa que la caracteriza.
«Hemos diseccionado la mariposa», dice Müller-Sánchez. «Esta es la primera galaxia en la que podemos ver tanto el viento de los dos agujeros negros supermasivos como la salida de gas de baja ionización de la formación estelar al mismo tiempo».
El equipo se centró en NGC 6240, en parte, porque las galaxias con dos agujeros negros supermasivos en sus centros son relativamente raras. Algunos expertos también sospechan que esos corazones gemelos han dado lugar a la apariencia inusual de la galaxia. A diferencia de la Vía Láctea, que forma un disco relativamente ordenado, las burbujas y los chorros de gas salen disparados de NGC 6240, extendiéndose más de 30.000 años luz en el espacio y asemejándose a una mariposa en vuelo. «Las galaxias con un único agujero negro supermasivo nunca muestran una estructura tan fenomenal», explica el investigador.
La lucha de dos fuerzas:
En una investigación que se publica en la revista «Nature», el equipo descubrió que dos fuerzas diferentes han dado lugar a la nebulosa. La esquina noroeste de la mariposa, por ejemplo, es el producto devientos estelares, gases que las estrellas emiten a través de varios procesos. La esquina noreste, por otro lado, está dominada por un único cono de gas que fue expulsado por el par de agujeros negros, como resultado de que esas regiones del espacio engullen grandes cantidades de polvo y gas galáctico durante su fusión.
Esos dos vientos combinados desalojan aproximadamente 100 veces la masa de nuestro Sol en los gases de la galaxia cada año. «Es un número muy grande, comparable con la velocidad a la que la galaxia está creando estrellas», apunta Müller-Sánchez.
Una salida semejante puede tener grandes implicaciones para la propia galaxia. Cuando dos galaxias se fusionan, comienzan un estallido febril de nueva formación estelar. Sin embargo, el agujero negro y los vientos estelares pueden ralentizar ese proceso eliminando los gases que componen las estrellas jóvenes, muy parecido, explican los investigadoers, a cómo una ráfaga de viento puede volar el montón de hojas que se acaba de rastrillar.
«NGC 6240 se encuentra en una fase única de su evolución», añade Julie Comerford, profesora en Boulder y coautora del nuevo estudio. «Está formando estrellas intensamente ahora, por lo que necesita el empujón extrafuerte de dos vientos para frenar esa formación de estrellas y evolucionar hacia una galaxia menos activa».
VIDEO: DISFRUTEN UN ESPECTACULAR VUELO EN 3D POR ENCIMA DE JÚPITER.
La NASA ha generado un video que permite ver los ciclones que se encuentran en el polo norte de ese planeta.
Los científicos de la NASA que trabajan en la misión Juno han publicado una película infrarroja en 3D que muestra ciclones y anticiclones sobre las regiones polares de Júpiter, así como la primera vista detallada de un motor que alimenta el campo magnético de cualquier planeta más allá de la Tierra.
Para elaborar ese video, la agencia espacial de Estados Unidos ha utilizado datos recopilados por el espectrómetro de imágenes Jiram que se encuentra a bordo de la sonda Juno. Esa información ha permitido que los investigadores generaran un vuelo tridimensional sobre el polo norte de Júpiter.
Jiram ha capturado la luz que emerge desde el interior de Júpiter tanto de día como de noche gracias a que explora la capa entre 48 y 70 kilómetros por debajo de las nubes de ese planeta y las imágenes ayudarán a comprender las fuerzas que actúan en este lugar.
En la animación, se aprecia un polo norte dominado por un ciclón central que está rodeado por ocho ciclones circumpolares, con diámetros que van de 4.000 a 4.600 kilómetros. Por su parte, las zonas amarillas representan zonas más más cálidas o bajas de la atmósfera de Júpiter, mientras que las áreas oscuras son más frías y reflejan las capas más altas de la atmósfera del planeta.
LA CUARTA DIMENSIÓN, POR PRIMERA VEZ EN UN LABORATORIO.
El periodista José Manuel Nieves explica cómo unos investigadores han observado la «sombra» tridimensional de un suceso que teóricamente tiene lugar en una cuarta dimensión.
Izquierda y derecha, delante y atrás y arriba y abajo. Esas son, más el tiempo, las dimensiones en las que se enmarca nuestra existencia, al igual que la de todo el Universo en que vivimos. Pero cada vez son más los científicos que piensan que el nuestro no es un mundo con solo tres dimensiones.
Las matemáticas, en efecto, abren la puerta a una realidad con muchas más dimensiones de las que nos son habituales. Hasta once diferentes, si hacemos caso de la teoría de Cuerdas...
Sin necesidad de llegar tan lejos, toda una corriente de la física se inclina decididamente por la existencia de una cuarta dimensión espacial. Una que, por supuesto, nuestros sentidos no pueden percibir, pero cuyos efectos podrían ser detectados incluso en nuestro universo tridimensional.
¿Como conseguir una proeza semejante? Dos equipos independientes de investigadores, uno en Suiza y otro en Estados Unidos, han hallado una solución al problema. Y han conseguido, cada uno por su lado, tener un atisbo de esa cuarta dimensión.
Imaginemos por un momento que somos criaturas planas, y que solo podemos percibir dos dimensiones. Sin el concepto «arriba y abajo» no podríamos ver, por ejemplo, un cubo. Sin embargo sí que podríamos ver la proyección, o sombra, bidimensional de ese objeto 3D, que sería un cuadrado. Un cuadrado en una superficie plana, como una hoja de papel, podría darnos alguna (aunque no toda) información sobre el cubo que la está proyectando.
Imaginemos ahora que también el propio cubo no es más que una proyección, o una sombra, tridimensional de un objeto de cuatro dimensiones. Un hipercubo que no podemos percibir en nuestro universo 3D, pero del que podemos atisbar algunas características.
Eso es, precisamente, lo que han hecho los investigadores en sus laboratorios a ambas orillas del Atlantico, observar la «sombra» tridimensional de un suceso que tiene lugar en la cuarta dimensión. Y lo han conseguido observando la manifestación de un efecto cuántico, el efecto Hall cuántico, del que las ecuaciones dicen que se manifiesta en la cuarta dimensión.
¿Complicado? Puede. Pero es lo más cerca que hemos llegado a estar, hasta ahora, de una dimensión superior a la nuestra.
MÁS CERCA DE LA VIDA EXTRATERRESTRE: LA NASA LANZARÁ UN SATÉLITE "CAZADOR DE PLANETAS" (VIDEO).
El cohete Falcon 9 pondrá en órbita el telescopio TESS este lunes con el objetivo de que logre observar unas 200.000 de las estrellas más brillantes cercanas al Sol.
Este 16 de abril, la NASA planea lanzar la sonda TESS, un telescopio espacial para buscar exoplanetas alrededor de algunas de las miles de estrellas más brillantes y cercanas a la Tierra.
El cohete Falcon 9 de la compañía Space X se encargará de poner en órbita ese dispositivo desde Cabo Cañaveral (Florida, Estados Unidos), una misión liderada por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.
Se considera que el TESS es el heredero del observatorio espacial Kepler —lanzado en 2009 y pionero en la exploración de planetas extrasolares de tamaño similar a la Tierra— y la agencia espacial estadounidense esperaque logre examinar unas 200.000 de las estrellas más brillantes cercanas al Sol y detecte los exoplanetas "más prometedores": capaces de sustentar vida o ser colonizados.
Aunque esta sonda no está equipada para buscar señales atmosféricas u otros indicios de vida en un planeta, colaborará con otros telescopios de la Tierra para realizar mediciones más específicas de su masa y composición. Cuando termine su trabajo, la NASA lanzará al espacio el telescopio orbital James Webb en 2020, una herramienta capaz de identificar los elementos químicos de las atmósferas para establecer la presencia de vida.
CIENTÍFICOS ENCUENTRAN EN SUDÁN LOS RESTOS DE UN PLANETA PERDIDO.
Los diamantes hallados dentro de un meteorito bautizado como Almahata Sitta podrían haberse formado hace al menos 4.550 millones de años.
Científicos de Suiza, Francia y Alemania concluyeron que un planeta perdido merodeó alguna vez por nuestro Sistema Solar, de acuerdo con un estudio publicado este martes por la revista Nature.
Según la investigación, los diamantes hallados dentro del meteorito –bautizado como Almahata Sitta– indican que lo más probable es que esas piedras preciosas se hayan formado en un proto-planeta hace al menos 4.550 millones de años.
El meteorito se estrelló en el desierto de Nubia, Sudán, en octubre de 2008. Los diamantes hallados en él contienen diminutos cristales, para cuya formación se habría requerido una gran presión, indicó Philippe Gillet, uno de los autores del estudio.
"Demostramos que esos grandes diamantes no pueden ser resultado de un choque, sino de un crecimiento que ocurrió dentro de un planeta", comentó Gillet desde Suiza, reporta la agencia AP.
El científico insinuó que el misterioso planeta pudo ser tan grande como Mercurio, e incluso como Marte.
Los especialistas consideran que en sus inicios el Sistema Solar tenía muchos planetas y algunos eran poco más que una masa de magma. Se piensa que uno de esos cuerpos celestes embrionarios, conocido como Theia, se estrelló contra la joven Tierra, y los restos arrojados por la colisión formaron la Luna, el satélite natural de nuestro planeta.
"Lo que decimos en el estudio es que tenemos en nuestro poder los restos de esa primera generación de planetas, que han desaparecido porque fueron destruidos o se incorporaron a otros mayores", explicó Gillet.
LA MINERÍA ESPACIAL PODRÍA PRODUCIR EL PRIMER BILLONARIO DEL MUNDO.
Más de 12.000 asteroides identificados por la NASA están llenos de mineral de hierro, níquel y metales preciosos en concentraciones mucho más altas que las que se encuentran en la Tierra.
El espacio exterior podría ser la próxima frontera de las inversiones y produciría el primer billonario del mundo (trillonario, para la lengua anglosajona), según estiman científicos y analistas desde hace varios años. Esta semana, un equipo de la Escuela Politécnica Federal de la ciudad suiza de Lausana ha concluido que el asteroide caído en Sudán (África) en 2008, contenía nada menos que diamantes, un descubrimiento que sirve de prueba sobre el potencial que esconde el espacio exterior en ese aspecto.
Ya en 2015, el renombrado astrofísico Neil deGrasse Tyson, comentó a la CNBC: "El primer billonario será la persona que explote los recursos naturales de los asteroides", y agregó que se trata de un "vasto universo de energía y de recursos ilimitados. [...] Veo guerras por el acceso a esos recursos", advirtió.
Luxemburgo, ¿líder de la minería cósmica?
En ese sentido, una de las naciones más pequeñas del mundo, Luxemburgo podría convertirse en el centro de la minería cósmica, informó el lunes CNBC.El Gobierno de Luxemburgo colabora estrechamente con dos de las empresas líderes del sector: Deep Space Industries y Planetary Resources. Ambas compañías, que han estado operando por varios años y planean beneficiarse de la minería de asteroides.
En 2016, Luxemburgo, que es sede de varias compañías de satélites, estableció la Iniciativa de Recursos Espaciales. El país europeo proporcionó 223 millones de dólares de su presupuesto nacional espacial a fondos iniciales y subvenciones a compañías que trabajan en la minería espacial.
"Nuestro objetivo es establecer un marco general para la exploración y el uso comercial de los recursos de cuerpos celestes, como los asteroides o la Luna", sostuvo Etienne Schneider, viceprimer ministro y ministro de economía de Luxemburgo.
Más de 12.000 asteroides que se encuentran a aproximadamente 45 millones de kilómetros de nuestro planeta, ya han sido identificados por la NASA.
Los geólogos creen que los mismos están llenos de mineral de hierro, níquel y metales preciosos en concentraciones mucho más altas que las que se encuentran en la Tierra.
UNA TORMENTA MAGNÉTICA EN LA TIERRA SORPRENDE A LOS CIENTÍFICOS.
El fenómeno fue registrado este viernes y fue captado por científicos, quienes estiman que no será extenso.
Especialistas del Laboratorio de Rayos X - Astronomía del Sol, de Rusia, han registrado la mañana de este viernes una tormenta magnética débil. Según el comunicado, publicado en el sitio web del organismo, el mismo fue calificado como "inesperado" por los expertos. Asimismo, los científicos estiman que la actividad no será larga.
"Las perturbaciones del campo magnético de la Tierra ocurrieron en el contexto de falta completa de actividad solar y no fue predicha ni por el pronóstico a largo plazo, que se forma una vez al mes, ni por el pronóstico a corto plazo, de tres días", cuya exactitud es de al menos el 80 %, reza el comunicado.
Los especialistas afirman que las tormentas inesperadas como esta tienen lugar tras fulguraciones en el Sol y debido al cambio de la velocidad del viento solar.
Para que sea posible registrar este tipo de actividades, los especialistas lanzan vehículos especiales a órbitas ubicadas a varios cientos de miles de kilómetros de la Tierra. Como resultado, se recibe información como máximo una hora antes de que la actividad alcance nuestro planeta, explica el Laboratorio.
La de este viernes fue la séptima tormenta magnética registrada este año.
Este mapa de temperaturas muestra el recorrido de la corriente del Golfo frente a la costa de EE UU.NOAA
Las corrientes marinas del Atlántico que afectan al clima mundial se han frenado en el último siglo.
El principal sistema de corrientes oceánicas se está frenando. Dos grupos diferentes de investigadores, usando métodos distintos, han comprobado que el mecanismo que transporta las cálidas aguas del Caribe hacia el norte y las frías polares al sur lleva décadas fallando. Aunque no coinciden en cuándo empezaron los problemas ni en la causa última de los fallos, sí lo hacen en sus posibles consecuencias y no son buenas. Estas masas de agua son el verdadero sistema circulatorio del planeta, repartiendo calor, nutrientes y gases.
Ni las mareas ni el viento son los principales animadores del mar. El influjo de las primeras no va más allá de la línea de costa y, por muy huracanado que sea el segundo, su soplo no se siente por debajo de los primeros 100 metros de profundidad. Lo que de verdad mueve el agua de mares y océanos en forma de corrientes es algo tan básico como que lo que pesa más se hunde y lo que pesa menos tiende a quedarse arriba, los gradientes de densidad.
En el océano Atlántico, la corriente del Golfo es una inmensa masa de aguas cálidas, es decir, menos densas y pesadas, que viajan hasta el norte desde el Caribe, perdiendo calor en el trasiego, lo que atempera el clima de Europa Occidental. Mientras, en sentido inverso, las aguas frías de mares como el de Labrador, el de Barents o el de Groenlandia aún se hacen más densas y pesadas con el aporte de la sal expulsada por el avance del hielo ártico. Se hunden formando la llamada masa de agua profunda del Atlántico Norte, que se desplaza hacia el sur. Aunque el sistema es más complejo, estos elementos son las arterias principales de la circulación meridional de retorno del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés). Este es el motor que está fallando.
"La AMOC se ha debilitado en los últimos 150 años hasta niveles nunca registrados en más de un milenio", dice el climatólogo y colíder del grupo de predicción climática del Barcelona Supercomputing Center, Pablo Ortega, coautor de uno de los estudios. El flujo se habría reducido, según estiman, entre un 15% y un 20%. En términos absolutos, el caudal habría disminuido en unos tres millones de metros cúbicos por segundo. Para hacerse una idea, todos los ríos del mundo descargan unos 1,2 millones de metros cúbicos por segundo. "La disminución fue muy rápida y sigue bajando, aunque a un menor ritmo", añade Ortega, que participó en esta investigación cuando investigaba la AMOC en el departamento de meteorología de la Universidad de Reading (Reino Unido).
Los flujos de las corrientes oceánicas no empezaron a ser medidos de forma sistemática hasta este siglo, así que, para determinar su caudal en el pasado hay que recurrir a mediciones indirectas. En esta investigación, publicada en la revistaNature, los científicos analizaron el tamaño del grano de los sedimentos del lecho marino: cuanto más grande, más fuertes debieron ser las corrientes en ese momento para arrastrar los más finos. Otros datos indirectos fueron los registros de temperaturas del agua.
La circulación global o termohalina se inicia con el trasiego de aguas frías y cálidas en el Atlántico norte.IPCC
"Nuestro estudio ofrece el primer análisis exhaustivo del registro de sedimentos oceánicos, demostrando que este debilitamiento de la AMOC se inició poco después del fin de la Pequeña Edad de Hielo", dice en una nota la investigadora de la Institución Oceanográfica Woods Hole (EE UU) y coautora del trabajo, Delia Oppo. Esta mini glaciación se inició en el siglo XV y se mantuvo hasta el XIX. Lo que los investigadores creen que pasó entonces es que el calentamiento provocó el deshielo de grandes capas de la región ártica. Tanta agua dulce alteró el mecanismo de la AMOC haciendo de tapón: al diluir el agua del mar redujo su densidad, frenando su hundimiento, lo que debió de ralentizar la llegada de las aguas cálidas del sur.
El deshielo es también el posible mecanismo causal apuntado por otro grupo de científicos en su estudio propio sobre la evolución de la AMOC, publicado igualmente en Nature. Como el trabajo anterior, aquí han encontrado una reducción del flujo de este sistema de corrientes de un 15%. Para obtener sus resultados, usaron modelos climáticos y los registros disponibles de la temperatura de las aguas superficiales, de los que hay datos desde el siglo XIX, como indicador del trasiego del agua. Lo diferente es que este trabajo fija el inicio del debilitamiento en una fecha más reciente, en torno al 1950 y culpa al cambio climático, no al fin de la Pequeña Edad de Hielo, del trastorno del sistema.
"Con el calentamiento global, el aumento de las lluvias así como el deshielo del hielo del Ártico y la capa helada de Groenlandia diluyen las aguas del norte del Atlántico, reduciendo su salinidad. El agua menos salina es menos densa y, por tanto, menos pesada, lo que dificulta su hundimiento a las profundidades", explica el investigador del Instituto de Geociencias de la Universidad Complutense y el CSIC, Alexander Robinson, coautor de este segundo trabajo.
Culpabilidades al margen, las consecuencias de este frenazo pueden ser muchas y pocas buenas. La AMOC es parte central de la circulación global termohalina (del griego, calor y sal) que redistribuye el calor de las aguas del planeta. "Si nos situamos en el Atlántico Norte, y la AMOC se debilita, tendríamos, por un lado menos agua caliente que va hacia el norte, lo que supondría más frío en los países de Europa del norte", explica la investigadora del Instituto Francés para el Aprovechamiento del Mar (Ifremer), la española Patricia Zunino, no relacionada con estos dos estudios. Ese calor que no viaja hasta al norte se quedaría en la zona ecuatorial, aumentando aún más las temperaturas de esta zona, lo que podría elevar la frecuencia e intensidad de los huracanes.