Un cromosoma marca el comportamiento social de estas criaturas, hasta el punto de decidir el número de reinas de una colonia.
Una reina atacada por obreras.
La hormiga roja de fuego es tristemente célebre por su dolorosa picadura en América del Sur, de donde es nativa, y en muchas otras regiones cálidas del mundo, incluidas China y Australia. Su agresividad y alta densidad de población la han convertido en una plaga invasora. Los esfuerzos para controlar la propagación de esta especie no han tenido éxito, como bien indica su nombre en latín, Solenopsis invicta, que significa «invencible». Sin embargo, un nuevo hallazgo científico sobre la formación de estas colonias quizás pueda suponer una ayuda para combatirla. Un equipo internacional de científicos, dirigido por la Universidad Queen Mary de Londres, ha descubierto un cromosoma que marca la organización social de la hormiga roja y explica por qué en algunas colonias hay solo una reina mientras que en otras la monarquía puede llegar a estar ocupada por ¡cientos!
Los científicos describen en la revista Nature que esta diferencia de organización social está determinada por un cromosoma que lleva una de las dos variantes de un «supergen» que contiene más de 600 genes.
Las dos variantes, B y b, difieren en su estructura, pero han evolucionado de manera similar a los cromosomas X e Y que determinan el sexo de los seres humanos. Si las hormigas obreras de una colonia llevan exclusivamente la variante B, aceptarán una sola reina BB, pero la que incluya hormigas obreras con la variante b aceptará múltiples reinas Bb. Los científicos analizaron los genomas de más de 500 hormigas rojas para entender este fenómeno.
«Este fue un descubrimiento muy sorprendente, diferencias similares en la estructura cromosómica están vinculadas a los patrones de las alas de las mariposas y al cáncer en humanos, pero este es el primer supergen identificado que determina el comportamiento social», explica el coautor Dr. Yannick Wurm, de la Facultad de Ciencias Biológicas y Químicas de la universidad británica. «Ahora sabemos que las variantes cromosómicas determinan la forma social de la hormiga de fuego y es posible que también determinen rasgos fundamentales del comportamiento en otras especies», añade.
UN PESTICIDA PARA LA ANARQUÍA :
Hormigas obreras.
Durante la temporada reproductiva, los jóvenes reinas aladas de los dos tipos de colonias inician sus vuelos de apareamiento y son fecundadas por los machos. Las que están destinadas a establecer sus propias colonias de una sola reina se dispersan por todas partes. Esta forma social tiene un gran éxito invadiendo nuevos territorios. Las otras reinas se unen a otras colonias con múltiples reinas ya existentes cerca de la colonia madre. Las reinas múltiples que cooperan en estas colonias son capaces de producir más trabajadoras que las que se encuentran en una colonia de una sola reina. Esto hace a las colonias con múltiples reinas como la forma social más exitosa en ambientes concurridos.
La especie se considera una plaga en muchos países y erradicarla es muy complicado. «Nuestro descubrimiento podría ayudar en el desarrollo de nuevas estrategias de control de plagas. Por ejemplo, un pesticida artificial podría desactivar los genes en el cromosoma social e inducir a la anarquía dentro de la colonia». Las reinas se quedarían sin corona y reinaría el caos.
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