LOS PERROS TAMBIÉN PUEDEN SUFRIR CÁLCULOS EN LAS VÍAS URINARIAS.
El tipo de alimentación y la raza pueden ser un factor determinante.
En medio de su paseo diario, “Pepo”, un Cocker Spaniel de 2 años, orinó sangre. Fue el primer indicio de una infección urinaria por cálculos en las vías urinarias, diagnóstico que se comprobó con una ecografía.
Tras un tratamiento veterinario, “Pepo” ahora está sano. Sin embargo, la uroliatasis –producción de cálculos en el aparato urinario- no es infrecuente en perros Cocker Spaniel, ya que esta raza está en el grupo que presenta mayor tendencia a producir urolitos, junto con Yorkshire terrier, Schnauzer miniatura y Poodle miniatura, entre otras.
“Los cálculos en las vías urinarias se originan por un aumento en la concentración de ciertos minerales en la orina”, explica Denisse Paul, médico veterinaria de Royal Canin. “Tanto la incidencia de uroliatasis como el tipo de urolito puede estar influida por la raza, pero también por otros factores: si es macho o hembra, la edad, el tipo de dieta, el pH de la orina y la presencia de infecciones urinarias. También hay cierto tipo de anomalías anatómicas y tratamientos farmacológicos que pueden predisponer al perro a desarrollar estos cálculos”.
No es menor que un perro sufra esta patología, ya que la falta de tratamiento puede causar pielonefritis, obstrucción urinaria e insuficiencia renal, entre otras patologías de difícil solución, especialmente si se trata de animales de edad avanzada.
Observar al perro
El paseo diario es una buena oportunidad para detectar a tiempo posibles problemas en las vías urinarias. Un perro que esté desarrollando cálculos va a presentar signos claramente identificables: sangre en la orina –o hematuria–, dolor al orinar –disuria– y un aumento en el número de micciones, pero con escasa cantidad –poliaquiuria–.
Cuando aparece uno de estos signos, especialmente sangre en la orina –como en el caso de “Pepo”–, se debe acudir de inmediato a la consulta veterinaria. Una ecografía a las vías urinarias y un examen de orina darán certeza sobre la existencia de los urolitos, su ubicación, y lo más importante: su composición.
“Para disolver los urolitos en forma eficaz, se debe saber cuál es su composición mineral. Por eso, lo ideal es extraer los cálculos y analizarlos. De todas formas, hay factores que pueden ayudar a predecir su composición”, indica Denisse Paul, médico veterinaria de Royal Canin.
Existen varios tipos de cálculos, y cada uno de ellos requiere un tratamiento diferente. Según un estudio de Canadian Veterinary Urolith Centre realizado en 2003, el 43,8% de los cálculos eran de estruvita, relacionados con un pH alcalino e infección urinaria, mientras que el 41,5% eran de oxalato cálcico, por sobresaturación de orina por calcio y por oxalato.
Los cálculos de estruvita son más comunes en hembras, y las razas más propensas son Schnauzer miniatura, Poodle miniatura, Bichón Frisé, Shih Tzu y Lhasa Apso. Los cálculos de oxalato cálcico, en tanto, se presentan en un 70% en machos, y además de las razas anteriores, es más frecuente en Yorkshire terrier, Cairn Terrier y Cocker Spaniel.
Así también, los perros dálmata machos tienen predisposición a un tipo de cálculo menos común, el urato, por la degradación de un nutriente llamado purina. De todas formas, el urato también se puede encontrar en Bulldog Inglés, Schnauzer Miniatura y Yorkshire Terrier.
PERROS A DIETA :
Así como los humanos necesitan cuidar su dieta para evitar la formación de nuevos cálculos en las vías urinarias, los perros también necesitan un manejo de su nutrición. El médico veterinario prescribirá el mejor tratamiento, para favorecer la diuresis, modificar el pH y modificar la alimentación, de acuerdo al tipo de urolitos.
Hoy existen alimentos especialmente diseñados para poner a dieta a los perros. “El Urinary Canine de Royal Canin está diseñado para tratar cálculos de estruvita en un plazo de 5 a 12 semanas, por un aumento moderado del contenido en sodio para provocar la dilución de la orina, junto a la acidificación de la misma”, señala Denisse Paul, médico veterinaria de Royal Canin.
La dieta que siga el animal debe estar supervisada por un médico veterinario, quien realizará el seguimiento necesario mediante nuevos exámenes que permitan asegurar que el perro está sano.
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