FOTO: DETECTAN EN UNA ESTRELLA CERCANA UN ESTALLIDO QUE ES 10.000 MILLONES DE VECES MÁS FUERTE QUE LA MAYOR TORMENTA SOLAR.

Explosiones de gran potencia pueden ocurrir en estrellas relativamente pequeñas y jóvenes.

Científicos de los observatorios de Mauna Kea en Hawái (EE.UU.) detectaron con la ayuda del telescopio JCMT un poderoso destello en la superficie de una estrella relativamente cercana y joven en la Nebulosa de Orión, la guardería estelar más cercana a la Tierra.

"Con el uso del JCMT, estudiamos el nacimiento de estrellas cercanas con el fin de comprender la historia de nuestro propio sistema solar. La observación de destellos alrededor de las estrellas más jóvenes es un territorio nuevo y nos brinda información clave sobre las condiciones físicas de estos sistemas. Esta es una de las formas en que estamos trabajando para responder las preguntas más duraderas sobre el espacio, el tiempo y el universo que nos rodea", explica el astrónomo e investigador principal del equipo que descubrió el estallido estelar Steve Mairs. Los resultados de su trabajo fueron publicados en la revista Astrophysical Journal.

Mairs y su equipo descubrieron que llamaradas poderosas, que superen significativamente las del Sol pueden producirse en estrellas relativamente pequeñas. En noviembre de 2016, notaron un destello inusualmente brillante que apareció cerca de la estrella recién nacida JW 566. Después de estudiarlo en detalle utilizando telescopios ópticos ubicados en Hawái, así como observatorios de rayos X y de radio, los científicos pudieron calcular la potencia del evento. El estallido resultó ser más potente que los destellos más brillantes en otras estrellas recién nacidas, y unos 10.000 millones de veces más potente que el destello más poderoso del Sol, conocido como evento Carrington o tormenta solar de 1859.

Aún no está claro con qué frecuencia ocurre este fenómeno en la superficie del JW 566 y otras estrellas jóvenes, y qué procesos magnéticos en las capas superiores de su atmósfera generan estas emisiones de energía. El equipo de Mairs planea buscar una respuesta a estas dos preguntas el próximo año, cuando tienen previsto reanudar la observación de la Nebulosa de Orión.