EL ORIGEN DE LA VIDA EN LA TIERRA PUEDE PROCEDER INCLUSO DE MÁS ALLÁ DE LA VÍA LÁCTEA.
Unos científicos han calculado que en nuestra galaxia se intercambian los componentes necesarios para la vida y ese proceso podría extenderse en el ámbito intergaláctico.
Científicos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (Massachusetts, Estados Unidos) han calculado la escala de una teoría conocida como panspermia, que presupone que la vida del Universo se puede distribuir por meteoroides, asteroides, planetoides y otros cuerpos celestes.
Esta línea de pensamiento se basa en que los microorganismos y los precursores químicos de la vida pueden sobrevivir cuando se transportan entre sistemas estelares y, gracias a un modelo analítico, los investigadores han demostrado que en la Vía Láctea se intercambiarían los componentes necesarios para la vida, un proceso que también podría extenderse en el ámbito intergaláctico.
De este modo, el Sistema Solar actuaría como "una red de pesca" gravitacional y contendría miles de objetos del tamaño del primer asteroide interestelar Oumuamua —descubierto en octubre de 2017— que podrían sembrar vida procedente de otros sistemas planetarios.
"Independientemente de si son rocosos o helados, pueden ser expulsados de su sistema anfitrión y, potencialmente, viajar a miles de años luz de distancia", explicó el autor principal del estudio, Idan Ginsburg, y publicó Science Alert.
Este estudio podría tener grandes implicaciones para nuestra comprensión del origen de la vida. Así, los organismos necesarios para ese paso podrían haber llegado a la Tierra desde otro sistema estelar o, incluso, desde otra galaxia.
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