ASTRÓNOMOS RESUELVEN EL MISTERIO DE LAS SEÑALES DE RADIO DESCUBIERTAS HACE 10 AÑOS.
Expertos señalan que para emitir los destellos desde una distancia de más de 3.000 millones de años luz, hace falta "un entorno muy hostil, muy caliente y con mucho campo magnético", condiciones que "no son muy normales".
Fueron vistos por primera vez hace diez años y desde entonces, los astrónomos no han dejado de estudiarlos: son los FRB o estallidos rápidos de radio, unos misteriosos destellos luminosos procedentes de distintos puntos del cosmos, que finalmente se sabe que proceden de una estrella de neutrones.
La revista Nature dedica su portada hoy a estas luces y su enigmático origen.
Hasta hace poco, la principal característica (o problema) de los FRB es que resultaba imposible saber cuándo y dónde tendría lugar el siguiente.
Pero en 2016, todo cambió: el radio telescopio de 305 metros de Arecibo, en Puerto Rico, detectó un estallido rápido de radio (el FRB 121102), el único que se repetía.
Esta repetición permitió a los astrónomos escrutar el punto exacto del cielo del que surgían los destellos.
En enero de 2017, un científicos de EEUU, Canadá y Holanda anunciaron que el estallido FRB 121102 procedía de “un objeto extremadamente poderoso situado en una galaxia muy lejana, a unos 3.000 millones de años luz”.
En sus investigaciones habían utilizado el radio observatorio de Karl G. Jansky Very Large Array de Nuevo México (EEUU), equipado con 27 antenas de 25 metros, y la red Europea de radio (EVN), que combina antenas de todo el mundo. La unión de todos ellos formó el equivalente al de una antena de 10.000 kilómetros de diámetro.
Hoy, un año después, esos mismos investigadores, entre ellos el astrofísico Benito Marcote investigador en el The Joint Institute for VLBI ERIC (JIVE) de Holanda y coautor del estudio, firman un artículo, que la revista Nature lleva en portada, y que confirma que esos estallidos de radio emanan de una estrella de neutrones inmersa en una región “muy densa y comprimida”.
“La investigación, centrada en la observación de ese objeto, se llevó a cabo con los radiotelescopios de Arecibo, en Puerto Rico, y con el de Green Bank, en Virginia oeste, EE.UU”, detalló Marcote.
En esta ocasión, la observación se hizo con una frecuencia un poco más alta, “lo que nos dio más resolución en tiempo, es decir, pudimos observar un poco más al detalle cada vez estallido”.
Sólo en el último año, concretó Marcote, se han registrado cerca de un centenar de estallidos, con una peculiaridad: “unas semanas eran muy frecuentes y al mes siguiente no se detectaba ninguno”, posiblemente debido a ‘interferencias’ causadas por la región en la que se encuentra este objeto (gas, polvo cósmico, etc).
Al observarlos, los astrónomos vieron que la luz de los estallidos estaba muy polarizada: “las gafas de sol evitan los reflejos y eliminan parte de la luz solar que nos llega. Ese mismo efecto lo hemos visto aquí: la luz está polarizada, es decir, solo vemos una parte de ella”.
Al comparar estas características con otros contextos conocidos, los astrónomos determinaron que los estallidos proceden de una estrella de neutrones, como las que hay en la Vía Láctea, que están situadas al lado del agujero negro que hay en el centro.
De hecho, “nunca hemos visto un efecto tan extremo en ningún otro punto de nuestra galaxia”, aseguró.
Y es que para emitir esos destellos desde una distancia de más de 3.000 millones de años luz, hace falta “un entorno muy hostil, muy caliente y con mucho campo magnético”, condiciones que “no son muy normales, pero que cumple un estrella de neutrones situada en el entorno de un agujero negro”, dijo el astrofísico español.
No obstante, los autores del estudio no descartan que los estallidos procedan de una nebulosa o un remanente de supernova, “dos elementos extremadamente exóticos y extremos” que bien podrían emitir estallidos cósmicos de radio pero “esa es tarea para los próximos años”, puntualizó Marcote.
“Vamos paso a paso. El año pasado descubrimos que los FRB procedían de una estrella de neutrones que -todo apunta- está cerca de un agujero negro. A partir de ahora, las observaciones intentarán confirmarlo. Vamos explicando y eliminando hipótesis y, probablemente, en los próximos años lo podremos confirmar”, concluyó.
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