CIENTÍFICOS UTILIZARÁN LAS MATEMÁTICAS PARA PREDECIR CATÁSTROFES NATURALES.
Un algoritmo logró, con entre un 75% y un 99% de exactitud, acertar en las pruebas de laboratorio, entregando un gran potencial ante situaciones extremas.
Los daños dejados por el terremoto en México o los huracanes Harvey, Irma y María son parte de los desastres naturales que en el último tiempo han afectado a diversos lugares del mundo. Sin embargo, de ellos sólo los huracanes cuentan con características de fecha recurrentes y geografía conocidas, por lo que es posible adelantar sus movimientos o prepararse ante un escenario complejo. En el caso de los movimientos telúricos, por ahora sólo tenemos una idea de dónde pueden ocurrir, pero no cuándo.
Y aún así, conociendo los sitios donde la temporada de tormentas tropicales tendrá lugar, los científicos todavía no tienen la certeza del potencial devastador del evento, precisamente por lo imprevisible de su naturaleza. Es ahí donde quedan dos caminos: evitar estos episodios frenando el cambio climático, o predecirlos. Esto último es lo que intentarán científicos del MIT, que se encuentran desarrollando una nueva plataforma que aseguran, podrá predecir estas catástrofes naturales, incluso sin ningún tipo de advertencias.
De acuerdo al estudio, el algoritmo utiliza ecuaciones ya conocidas por la ciencia para detectar señales o patrones que posteriormente puedan predecir a largo plazo el estado de un sistema complejo, de la misma forma que actúa un filtro, dejando señales de lado y tomando solamente lo importante.
“Usamos las ecuaciones para crear precursores, o señales que nos dan aviso antes que los eventos ocurran. Esto puede ser utilizado en cualquier lugar del mundo, pudiendo predecir el sitio con mucha exactitud”, afirma Themistoklis Sapsis, profesor de ingeniería oceánica y mecánica del MIT.
Con el fin de probar el método en un evento extremo, los científicos emplearon un túnel de aire turbulento capaz de imitar la fluidodinámica de situaciones como el flujo dentro de una turbina de avión, el humo de un cigarro o la forma en que el agua circula en el océano, prediciendo lo que ocurriría entre un 75% y un 99% de las veces.
Los científicos señalan que aunque por ahora no pueden explicar por qué ocurren estos eventos, ya tienen conocimiento de cómo funcionan, de qué forma se comportan, y si son capaces de predecir sus dinámicas climáticas, son capaces de crear una estrategia de prevención.
Themistoklis Sapsis afirma que en ningún caso el sistema es infalible, aunque sí la técnica posee el potencial para determinar qué factores son los que inciden en un evento de estas características, así como también desechar los eventos “menores” y enfocarse sólo en los que pueden convertirse en una catástrofe, esperando que las autoridades puedan presentar modelos de prevención para sus habitantes.
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