EXPLICAN POR QUÉ EL PLANETA MÁS SIMILAR A LA TIERRA ES INHABITABLE.
Kepler-438b, el planeta más parecido a la Tierra que fue descubierto este enero, no puede albergar vida, según un grupo de investigadores británicos.
Un equipo de científicos de la Universidad de Warwick (Coventry, Reino Unido) ha descubierto que este exoplaneta ubicado en la constelación de Lyra, a unos 470 años luz de la Tierra, recibe impactos de superráfagas estelares cada varios centenares de días.
Al parecer, los estallidos que se generan son 10 veces más fuertes que los más intensos que se registran en nuestro Sol, mientras que la radiación a la que está sometido Kepler-438b proviene de su propio sol, un enano rojo, que habrá destruido la atmósfera de este 'gemelo de la Tierra'.
Las ráfagas que lo asolan son de tal intensidad que vienen acompañadas por eyecciones de masa coronal —"gas y plasma"—, que habrán acabado con la atmósfera del planeta", según ha explicado el investigador principal, David Armstrong, y ha publicado 'The Daily Mail'.
Si Kepler-438b hubiera contado con un campo magnético similar al de la Tierra podría haber evitado parte de estos efectos, pero "de momento, no conocemos nada sobre este aspecto", ha agregado el científico.
Sin embargo, Kepler-438b no supone la última oportunidad de encontrar vida en el espacio, ya que los expertos descubrieron otros siete planetas que podrían albergar vida.
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