Ya se han detectado algunos planetas rocosos en «zona habitable», como Kepler 22b.
Un nuevo estudio sugiere que que el número de planetas potencialmente habitables es mayor de lo que se creía. El trabajo, publicado en el Festival Británico de la Ciencia (en Aberdeen), se basa en un nuevo modelo de cálculo que incorpora la cantidad de agua que existe bajo la superficie de los planetas.
Hasta ahora, las investigaciones se realizaban mediante análisis del agua que se detectaba en la superficie. La novedad de este trabajo es que es capaz de identificar los planetas que contienen agua líquida en su interior debido al calentamiento planetario.
Los expertos han explicado que los planetas que están muy cerca de su sol pierden agua superficial por la evaporación, mientras que en los planetas más alejados del sol el agua está congelada. Por ello, se estableció una distancia determinada a la que un planeta debía estar de su estrella para que pudiera ser habitable. Es la denominada«zona de habitabilidad».
El autor principal del trabajo, Sean McMahon, ha apuntado que lo que se seguía hasta ahora era "un rango de distancias que permiten que en la superficie de un planeta similar a la Tierra —ni demasiado caliente ni demasiado frío— exista agua líquida".
"Los planetas que estaban en esa zona eran ideales para albergar vida", apunta el investigador, que añade que esta teoría "ideal" es demasiado simple porque "también existen hábitats significativos de microorganismos debajo de la superficie de la Tierra, que se extienden a varios kilómetros de profundidad".
Calor subterráneo
Así, ha indicado que los planetas pueden recibir calor de dos formas: directamente de una estrella o desde el fondo del propio planeta. A medida que se desciende a través de la corteza de la Tierra, las temperaturas van aumentando. Incluso cuando la superficie está congelada, puede haber agua debajo del suelo.
Por ello este nuevo estudio se centra en hallar agua líquida en el interior de los planetas porque, según otro de los científicos de este trabajo, John Parnell, "la mayor parte de la vida de un planeta podría residir en subiosfera profunda".
En este sentido, McMahon ha indicado que "si se toma en cuenta la posibilidad de biosferas profundas hay que ampliar el rango de distancia que se aplica ahora entre la estrella y el planeta, ya que las condiciones de un planeta para albergar vida no está definida sólo por lasituación de su superficie".
Los expertos han destacado la "importancia" de estos datos ya que, gracias a este nuevo trabajo, se podrá ampliar el número de planetas que hasta ahora se consideraban habitables.
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