EMPRESA FAMILIAR CHILENA PROMUEVE ENERGÍA SOLAR EN MINIATURA.
Tres integrantes del clan Sepúlveda -oriundos de La Florida- componen este proyecto que, además, ofrece juguetes y hasta gorros con ventilador que funcionan gracias a este sistema.
Son apenas tres, pero ya tienen el rango de empresa. Una empresa familiar y, quizá lo más importante, con conciencia ambiental. José (padre), David (hijo) y Valeska (hija) Sepúlveda son los integrantes de este clan que predica con el ejemplo: cocinan en hornos solares y alumbran su patio gracias a la energía fotovoltaica.
El principal objetivo del proyecto está en las miniaturas: hay un catálogo de productos como juguetes (aviones de madera y autos), llaveros y hasta gorros con ventilador que funcionan con la energía que provee el astro rey.
“Queríamos acercar la energía solar a la gente y apuntamos a los cambios paulatinos. Para el Día del Niño vendimos muchos juguetes. A los niños les cuesta menos entender el concepto que a los adultos. Sabían que tenían que soltar el auto solar cuando daba sombra”, explica entre risas Valeska Sepúlveda.
Con la misma gracia, la joven añade que los gorros con ventiladores solares “sirven para refrescar las ideas, porque entra una brisa en la frente”.
CARGADORES SOLARES
El sustento de la microempresa está en el taller de cargadores solares de pilas. Ya acumulan 14 cursos realizados y este sábado (18 de agosto) se realizará el siguiente. Siempre en el patio de la casa de los Sepúlveda, a pasos del Metro Rojas Magallanes.
La clase dura seis horas y tiene un valor de $37 mil, con materiales, almuerzo y café incluidos. Se utilizan: celdas fotovoltaicas de silicio (que deben ser unidas con alambres conductores de electricidad), cables, cautines eléctricos para soldar, cartón y porta pilas. “A mí no me interesa que copien el cargador, sino que aprendan a construir uno propio después”, aclara Valeska Sepúlveda, quien es ingeniera en Recursos Naturales Renovables. Su hermano David estudia la misma carrera. Su padre José es más bien un “giro sin tornillos, hace de todo”, agrega.
En días soleados, estos cargadores pueden completar su función en ocho horas. Si el día está nublado, pueden demorarse un poco más.
Valeska dice que pueden participar personas desde los 14 años para arriba. Ni siquiera se requiere tener conocimientos básicos en alguna materia. “Hemos tenido buenas asistencias, pero nos pasa que viene más gente en enero y febrero (días de verano y con más calor). Y baja en los meses de invierno, cuando ya el sol se esconde”.
Los interesados en participar en este taller deben escribir a contacto@solareschile.cl. El catálogo completo de productos está disponible en www.solareschile.cl. Además, tienen sitio en Facebook(http://facebook.com/solares.chile). En octubre, debutará el curso de hornos solares.
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