PSICÒLOGA ADVIERTE CÒMO DETECTAR SI SU HIJO ES VÌCTIMA DE PEDOFILIA.
Cambios conductuales, temor a un lugar y persona determinada, además de trastornos fisiológicos son algunos de los síntomas que los padres deben tomar en cuenta.
Hablar de pedofilia lamentablemente ya no es un tema lejano. Cientos de niños son víctimas de abusadores que utilizan todo tipo de estrategias de seducción para engañarlos y cometer sus delitos. Estar alerta y evitar situaciones de riesgo es clave.
Se estima que una de cada cuatro niñas y uno de cada ocho niños serán sexualmente agredidos antes de cumplir 16 años.
En el 90% de las veces el abusador es un hombre y en más de un 80% de los casos es un conocido. Sin embargo, las víctimas de pedofilia son indeterminadas en Chile, el círculo de silencio de padres y niños muchas veces impide dejar registros y actuar a tiempo.
Macarena Norambuena, psicóloga infanto juvenil de la Universidad Andrés Bello, comenta que el pedófilo llega a convencerse de que su conducta le aporta al niño vivencias, conocimientos y placeres que contribuirían a su crecimiento (rasgo psicopático). Esta convicción le permite enfrentar al grupo y a la sociedad con una seguridad y cinismo que desorienta y sorprende.
“Con toda tranquilidad eligen profesiones y actividades que los mantengan cerca de los niños para ejercer su perversión”, dice. La mayoría son personas consideradas "normales" desde casi todos los puntos de vista e incluso muchas veces son figuras respetadas, incluso aparentan firmes valores morales y religiosos.
La experta explica que los pedófilos se basan en la confianza que los menores depositan en ellos, para convencer y atemorizarlos de hacer actos sexuales. Los engañan haciéndoles creer que son sólo juegos y que de acusarlos, la seguridad de ellos o de los propios padres y familia, se verá comprometida.
SEÑALES :
Un niño que ha sido o está siendo víctima de un pedófilo presenta algunos signos que nos permiten identificar el caso y actuar. Como sintomatología a corto plazo, la profesional menciona que suelen aparecer problemas de sueño, pérdida del control de esfínteres, retrasos en el desarrollo, problemas de rendimiento escolar, hiperactividad, miedo, culpa y vergüenza.
También pueden presentar cuadros de depresión, ansiedad, baja autoestima, rechazo a su propio cuerpo, mostrar rencor y desconfianza hacia los adultos y/o tener conocimientos sexuales no adecuados a su edad. Otros indicios son resistir a ir a un determinado lugar o a quedarse con una determinada persona. Pueden aparecer trastornos en la alimentación (no tiene apetito o tiene mucho apetito de pronto), adoptar un comportamiento inmaduro, (como de bebé), intentar fugarse de la casa para evitar que continúen los abusos, y en general registra cambios en su comportamiento social.
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