EL ÀCIDO FÒLICO PUEDE REDUCIR ALGUNOS TIPOS DE CÀNCER INFANTIL.
Los suplementos de ácido fólico durante el embarazo podrían reducir algunos tipos de cáncer.
Reforzar el consumo de ácido fólico procedente de los alimentos durante el embarazo con algún tipo de suplemento, podría, de acuerdo con una investigación que se publica en Pediatrics, reducir la incidencia del tipo más común de cáncer de riñón (tumor de Wilms), y un tipo de tumor cerebral en los niños.
El trabajo realizado por Kimberly J. Johnson, de la Universidad de Washington, en St. Louis, y Amy Linabery, de la Universidad de Minnesota (EE.UU.), ha analizado la incidencia de cáncer en la infancia, antes y después de las recomendaciones de fortalezar la ingesta de ácido fólico durante el embarazo. Desde 1998, la Food and Drug Administration de EE.UU. recomendaron reforzar la ingesta de ácido fólico en el embarazo, debido a que muchos estudios han demostrado que el consumo prenatal de ácido fólico reduce significativamente la incidencia de defectos neurológicos en los bebés.
MENOS TUMORES.
Según Johnson, «nuestro estudio es el mayor hasta la fecha en mostrar que el refuerzo con ácido fólico también puede reducir la incidencia de ciertos tipos de cáncer infantil». La experta explica que «las tasas de tumores de Wilms aumentaron desde 1986 hasta 1997, y disminuyeron a partir de entonces, coincidiendo exactamente con la recomendación de fortificación con ácido fólico. Por otro lado, las tasas de tumor cerebral aumentaron desde 1986 hasta 1993, y disminuyeron a partir de entonces; este cambio en la tendencia no coincide exactamente con la fortificación con ácido fólico, pero coincide muy bien con la recomendación de 1992 para que las mujeres en edad fértil consuman 400 microgramos de ácido fólico todos los días».
Los autores del estudio utilizaron los datos de 1986-2008 del Programa de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales -un proyecto continuado del Instituto Nacional del Cáncer- que ha recopilado información sobre casos de cáncer en diversas áreas de los EE.UU. desde 1973. En el estudio participaron 8.829 niños, desde el nacimiento, hasta los cuatro años, con diagnóstico de cáncer.
Johnson señala que los países que dudan si reforzar, o no, los alimentos para reducir los defectos del tubo neural en los recién nacidos, temen la posibilidad de que el enriquecimiento con ácido fólico pueda causar daños no intencionales, tales como nuevos casos de cáncer o lesiones pre-cancerosas. Sin embargo, la experta concluye que «estamos demostrando que no parece estar aumentando las tasas de cáncer infantil, lo cual es una buena noticia».
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