EL HUBBLE DESCUBRE UN PLANETA QUE SE DESVANECE A UNA VELOCIDAD RÉCORD.
El director del proyecto, David Sing, ve el reciente hallazgo como una oportunidad para entender mejor cómo se forman y evolucionan los planetas.
Con ayuda del telescopio Hubble de la NASA, un equipo de astrónomos de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Maryland, EE.UU.), ha descubierto un planeta lejano de tamaño mediano —de dimensiones parecidas a Neptuno— que han bautizado como GJ 3470b y que se está evaporando cien veces más rápidamente que otro cuerpo celeste similar antes descubierto, el GJ 436b, según un artículo publicado este jueves en el portal científico Phys.org.
"Esta es la prueba de que los planetas pueden perder una parte significativa de su masa total. El GJ 3470b está perdiendo más masa que cualquier otro planeta que hayamos visto hasta ahora", sostiene David Sing, profesor distinguido en esta universidad estadounidense y director del proyecto que protagonizó el descubrimiento. "En solo unos pocos miles de millones de años puede perderse la mitad del planeta", añadió Sing.
El reciente hallazgo, que permitirá a la comunidad científica entender mejor cómo se forman y evolucionan los planetas, forma parte del programa Panchrmatic Comparative Exoplanet Treasury (PanCET), que tiene como fin medir las atmósferas de 20 exoplanetas con luz ultravioleta, óptica e infrarroja, mientras orbitan sus estrellas, "para determinar cómo se ve afectado cada planeta por su propio entorno".
El nuevo planeta, que se encuentra a 96 años luz de la Tierra y rodea una estrella enana roja en dirección a la constelación de Cáncer, ha perdido de manera significativa más masa que el GJ 436b y tiene una exosfera notablemente más pequeña debido a su menor densidad y a la recepción de un estallido de radiación más fuerte por parte de su estrella anfitriona. Esta menor densidad del GJ 3470b hace que este no pueda aferrarse de manera gravitacional a la atmósfera caliente.
Mientras la estrella que aloja el planeta similar ya estudiado antes tiene entre 4.000 y 8.000 millones de años, el astro que alberga el nuevo cuerpo celeste tiene solo 2.000 millones de años de antigüedad, lo que hace que la atmósfera del planeta tenga más radiación para calentar, pues siendo más joven es más activa.
Según el estudio dirigido por Sing, el GJ 3470b podría haber perdido hasta el 35% de su masa total. Asimismo, los científicos creen que en unos pocos miles de millones de años podría convertirse en un simple núcleo rocoso a consecuencia de la pérdida de todo su gas. El investigador espera que su equipo pueda estudiar más exoplanetas buscando helio en la luz infrarroja, lo que permitiría un mayor rango de búsqueda que si utilizan hidrógeno en la luz ultravioleta, concluye Sing.
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