HALLAZGO ESTRATOSFÉRICO: EL HEXÁGONO POLAR DE SATURNO NO SE LIMITA A LAS NUBES.
La estructura mide cerca de 32.000 kilómetros de ancho, casi tres veces más que el diámetro de la Tierra.
Una gran estructura sobre las nubes que se encuentran por encima del polo norte de Saturno indica que la formación hexagonal que existe en esa zona posee un tamaño mucho mayor del que se creía en un principio, según un estudio publicado en la revista Nature Communications.
Los datos recibidos de la sonda Cassini, que en 2017 terminó su misión con una última inmersión en la atmósfera opaca de Saturno, ha revelado la existencia de un remolino estratosférico que posee la misma forma de hexágono que la tormenta que tiene debajo.
"Si bien esperábamos ver algún vórtice en el polo norte de Saturno a medida que se calentaba [la atmósfera], su forma es realmente sorprendente", asegura Leigh Fletcher, investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), citado por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
Las sondas Voyager 1 y 2 de la NASA descubrieron la inusual tormenta gigante de Saturno a principios de los años 80. Hasta el momento, no se ha observado nada parecido a este fenómeno en otros planetas. En este caso, la estructura mide cerca de 32.000 kilómetros de ancho, casi tres veces más que el diámetro de la Tierra.
Cassini estudió el hexágono con su Espectrómetro por Infrarrojo Compuesto (CIRS) desde 2006, pero en ese momento el hemisferio norte de Saturno estaba en invierno —dura 30 años terrestres— y eso limitaba la investigación a la capa de nubes inferior, pero en 2009 la atmósfera del polo norte empezó a calentarse y permitió escrutar zonas más altas.
"A medida que el vórtice polar fue cada vez más visible, notamos que tenía bordes hexagonales y nos dimos cuenta de que observábamos el hexágono preexistente a mayores altitudes de las que se creía con anterioridad", explica Sandrine Guerlet, investigadora del francés Laboratorio de Meteorología Dinámica (LMD).
La estructura superior se ubica centenares de kilómetros sobre las nubes y Fletcher sugiere que "esta filtración de información de ondas hacia arriba" se debe a la 'evanescencia', un proceso en el que la fuerza de una onda decae con la altura, pero es lo suficientemente potente como para persistir en la estratosfera".
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