EL HUBBLE HALLA EL ORÍGEN DE LA CORRIENTE DE MAGALLANES.
(foto abc.es)
Astrónomos de la misión del Telescopio Espacial Hubble, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han resuelto el misterio del origen de la Corriente de Magallanes, una amplia cinta de gas que se extiende alrededor de nuestra galaxia y que se lleva estudiando 40 años. abc.es
Las Nubes de Magallanes, dos galaxias enanas (una grande y una pequeña) que orbitan la Vía Láctea, están situadas a la cabeza de una corriente de gas conocida como la Corriente de Magallanes. Fue descubierta en los años setenta, y desde entonces los investigadores se cuestionan si el gas proviene de una o de las dos galaxias. Las nuevas observaciones del Hubble y del VLO de la ESA muestran que la mayor parte de la Corriente proviene de la Pequeña Nube de Magallanes hace unos dos millones de años y que una porción más pequeña tiene un origen más reciente en su vecina más grande.
La investigación, dirigida por Andrew J. Fox, del Instituto de Ciencia de Baltimore (Estados Unidos), ha determinado la fuente del filamento de gas gracias al Espectrógrafo de Orígenes Cósmicos del Hubble, que mide la cantidad de elementos pesados, como el oxígeno y azufre.
Oxígeno y azufre
El equipo halló una baja cantidad de oxígeno y de azufre a lo largo de la mayor parte de la corriente, lo que coincide con los niveles en la Pequeña Nube de Magallanes hace unos 2 millones de años, cuando se cree que se formó la cinta. Sin embargo, también se detectó un nivel mucho más alto de azufre en una región de la corriente que está más cerca de las Nubes de Magallanes. “Estamos descubriendo la misma cantidad de elementos pesados en la corriente hasta llegar muy cerca de las Nubes de Magallanes, y luego los niveles de elementos pesados suben. Esta región interior es muy similar en composición a la Gran Nube de Magallanes, lo que sugiere que fue arrancada de la galaxia más recientemente”, dijo Fox.
“Sólo el Hubble puede realizar estas mediciones mediante la luz ultravioleta que absorbe la atmósfera de la Tierra, por lo que las observaciones sólo se realizan desde un telescopio en el espacio”, explica Fox. A diferencia de otras galaxias satélite de la Vía Láctea, las Nubes de Magallanes han sido capaces de conservar su gas, que puede usarse para la formación de nuevas estrellas. En su recorrido más cerca de nosotros la presión empuja el gas hacia el espacio, proceso que unido a la gravedad ha formado la Corriente de Magallanes.
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