MEJORAN LA TÉCNICA QUE PERMITE DATAR RESTOS FÓSILES.
Hoja fechada por radiocarbono en 24.700 años de antigüedad.| Richard Staff.
Un estudio con restos fósiles en Japón servirá para perfeccionar una de las técnicas más utilizadas en la actualidad para datar fósiles. La extracción de restos de plantas sedimentadas en el Lago Suigestu, que estuvieron en la orilla los últimos 52.800 años, y la medición de sus niveles de radiocarbono o C-14 van a permitir aumentar la precisión en las dataciones paleontológicas.
El lago japonés donde se han realizado las extracciones alberga algunas particularidades. Por un lado, es un medio acuático con una buena conservación de los restos de plantas en su fondo debido a los bajos niveles de oxígeno. Además preserva capas anuales de sedimento o 'varvas' que han permanecido sin cambios durante decenas de miles de años.
Lago Suigestu.| C.R.
El equipo de investigación, liderado por la Universidad de Oxford, ha analizado el material orgánico de esas 'varvas', un registro único de los últimos 52.800 años. Este testimonio fiel del pasado les ha permitido mejorar la técnica del carbono-14, utilizada por los paleontólogos para averiguar la edad de los restos de seres vivos que encuentran. La medición directa de este elemento dará una mayor precisión y confianza en las dataciones.
Los datos de esta investigación se pueden utilizar para interpretar mejor las dataciones de radiocarbono medidas en excavaciones arqueológicas de cualquier parte del mundo ypermitirá especificar aún más, entre otras cosas, el momento de la extinción de los neandertales y la dispersión de los humanos modernos en Europa.
Carbono procedente de la atmósfera
Por otro lado, que el carbono de las hojas proceda de la atmósfera ha sido fundamental "puesto que no está sujeto a los mismos procesos que afectan al radiocarbono en sedimentos marinos o cuevas y, por tanto, no requiere correcciones, al proceder directamente de la atmósfera", ha asegurado a SINC Christopher Ramsey, investigador de la Universidad de Oxford y autor del trabajo que publica la revista 'Science'.
El carbono de la atmósfera se incorpora a las plantas de los alrededores del lago Suigestu. Más tarde, sus hojas caen al fondo y quedan enterradas en el sedimento, generalmente dentro de su año de crecimiento. Así, el carbono que los científicos han medido en dichas hojas <>es el de la atmósfera que había cuando las plantas crecieron, hace miles de años. Las estimaciones anteriores a este estudio en arqueología prehistórica variarán en unos pocos cientos de años.
El radiocarbono o C-14 es un isótopo radioactivo que se da en la naturaleza y que se deteriora con un ritmo constante. Los científicos pueden calcular la edad de un objeto fósil en base a la proporción de radiocarbono que contiene al relacionarlo con su cantidad de C-12 que, por el contrario, se mantiene inalterable. Sin embargo, hay varios factores que complican este cálculo, dado que las cantidades de C-14 en el entorno pueden variar año a año, y de una región a otra.
El único registro directo del carbono atmosférico del pasado que se conocía hasta ahora proviene de los anillos de los árboles y se extiende hasta hace 12.593 años. El del lago Suigestu se extiende hasta hace 52.800 años, por lo que amplía el registro directo de radiocarbono en más de 40.000 años.
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